Ni las más de dos horas de retraso con las que arrancó el concurso de pértiga a causa de la lluvia ni lo problemas con el listón durante la prueba ni, incluso, las protestas de unos manifestantes que irrumpieron en la final de los 400 vallas, nada hizo desistir a los espectadores que acudieron al estadio olímpico de Estocolmo para ver a su ídolo.
Un Duplantis que pareció atravesar durante las cuatro horas que se prolongó el concurso de pértiga por todos los estados de ánimo posibles. Si primero pareció divertido viendo caer el aguacero aferrado a una bebida caliente, poco a poco el nerviosismo fue apoderándose del pertiguista escandinavo según se iba acumulando el retraso.
Armand Duplantis pareció realmente enfadado tras ver las dificultades de los jueces para situar el listón en 5,72 para el salto del brasileño Thiago Braz y que le obligaban a seguir esperando para entrar en escena.
Pero si algo demostró el atleta sueco, vigente campeón olímpico, mundial y continental, fue su fortaleza mental para abstraerse de todo lo que ocurre a su alrededor y saltar a la primera 5,62, 5,82, 5,95 y 6,05 metros.
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Una marca, esta última que le aseguraba la victoria, pero Duplantis quería regalar a sus aficionados algo más y pese a todo lo vivido a lo largo de la tarde solicitó situar el listón en 6,23 metros, un centímetro más que el récord del mundo que el sueco estableció el pasado 23 de febrero en Clermont-Ferrand (Francia).
En los dos primeros intentos, Armand Duplantis, de 23 años, no llegó a iniciar el vuelo, un claro ejemplo de la magnitud de la gesta que intentaba.
El sueco sí alcanzó el listón en su tercera tentativa, pero derribó la barra con los pies, lo que le impidió regalar el récord del mundo con el que quería premiar este domingo a su afición, que se tuvo que conformar con ver la victoria de su ídolo.
CEH SUMA SU OCTAVO TRIUNFO CONSECUTIVO; PERKOVIC SU VICTORIA 46
Un triunfo que no pudo repetir la otra gran estrella del atletismo sueco, el discóbolo Daniel Stahl, el vigente campeón olímpico, que tuvo que conformarse con la segunda plaza (67,57) por detrás del campeón del mundo, el esloveno Kristjan Ceh, que se impuso con un mejor intento de 69.83 metros.
Marca que permitió a Ceh encadenar su octava victoria consecutiva en la Liga de Diamante, en la que el esloveno ya se alzó el pasado curso con el triunfo absoluto tras lograr la primera plaza en las cinco citas disputadas, incluida la final celebrada en Zúrich.
Récord que palidece ante las cifras de la croata Sandra Perkovic, doble campeona olímpica y del mundo, que sumó su victoria número 46 en la Liga de Diamante, tras imponerse en la capital sueca con una marca de 64,49 metros por delante de la neerlandesa Jorinde van Klinken, segunda con 62,96
EL BAKKALI Y AMUSAN TAMPOCO FALLAN
Tampoco decepcionaron en el estadio olímpico de Estocolmo el marroquí Soufiane El Bakkali, vigente campeón olímpico y del mundo, que se impuso en la final de los 3.000 metros obstáculos con un tiempo de 8:09.84 minutos.
Una marca muy distante del récord de la reunión, los 7:59.42 firmados en agosto de 2007 por el keniano Paul Koech, el objetivo que se habían fijado los organizadores del evento.
Pero la lluvia, el frío y el viento que marcaron la reunión impidieron a El Bakkali, que ya corrió el pasado mes de mayo en Rabat en 7:56.68, bajar de la barrera de los ocho minutos.
Una circunstancia que no impidió la marroquí, de 27 años, alzarse con claridad con la victoria por delante de los etíopes Getnet Wale, segundo con 8:12.27, y Abrham Sime, tercero con una marca de 8:16.82 minutos.
Por su parte, la nigeriana Tobi Amusan, vigente campeona del mundo y plusmarquista universal, se impuso en la final de los 100 metros vallas con una marca de 12.52 segundos.
Cinco centésimas más que su mejor registro del curso, los 12.47 que repitió tanto el pasado martes en Ostrava (República Checa) como el viernes en Lausana (Suiza), y a 21 centésimas de la mejor marca mundial del año, los 12.31 firmados el pasado mes de mayo por la puertorriqueña Jasmine Camacho-Quinn.
