El ajetreo de horarios repartidos entre entrenamientos, viajes y partidos dificulta que los deportistas de élite puedan conciliar su vida deportiva con los estudios postobligatorios, pero algunos se atreven a afrontar ese desafío.
En las secciones profesionales del FC Barcelona, hay 24 deportistas que han terminado sus estudios: uno en el primer equipo de fútbol masculino, ocho en el del femenino, tres en el de baloncesto, dos en el de balonmano, tres en el de fútbol sala y siete en el de hockey, y otros 23 más que los están cursando.
La carrera más repetida es Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFE), elegida por 14 deportistas de las secciones profesionales azulgranas, aunque hay otros que se han decantado por especialidades más alejadas del deporte.
Son casos como los de Sergi Llorca (hockey), que cursa un máster en Ingeniería Industrial, o los hermanos Carles y Marc Grau, también del primer equipo de hockey, graduados en Farmacia y Odontología, respectivamente.
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Sin prisas por terminar
"Empecé mi carrera con 20 años, pero tengo 29 y aún la estoy acabando", explica a EFE Brizuela, quien descubrió su vocación gracias a un psicólogo deportivo con el que coincidió en el Peñas Huesca.
Casi una década después, el guipuzcoano sigue a su ritmo y en remoto sus estudios en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), donde se ha dado cuenta de que "todo el mundo tiene que exteriorizar sus problemas y debilidades".
Fermín López, centrocampista del Barcelona, combina su etapa futbolística en el primera equipo azulgrana con el grado en CAFE. "Empecé la carrera con algunos compañeros del juvenil. Ahora ya quedan pocos, pero me gusta porque está relacionada con el deporte", afirma.
La presión de su madre y la influencia de su tío, que estudió la misma carrera, hicieron que dos años atrás se embarcara en esta nueva etapa formativa que ocupa parte de su tiempo libre.
"Siempre tengo viajes, partidos o entrenamientos, así que aprovecho para adelantar el trabajo que tengo atrasado por las tardes o en los días libres", detalla el andaluz, que apostó por los mismos estudios que terminó su compañero Robert Lewandowski.
Consciente de que en el fútbol los ingresos de los jugadores son superiores a la de la mayoría de deportes, Fermín indica que los horarios son otra complicación.
"Es muy difícil compaginarlo. A veces no te da la vida y por eso creo que hay menos gente en el fútbol que pueda seguir con sus estudios", contempla.
Facilidades para la conciliación
Durante estos procesos, es vital tener herramientas para poder sobrellevar los compromisos académicos y deportivos.
"En la Pompeu Fabra tuve siempre muchas facilidades porque te lo pone fácil cuando no puedes asistir a los seminarios", resalta el central del primer equipo del Barça de balonmano Pol Valera.
Actualmente, estudia Derecho online, aunque hace unos años terminó sus estudios en Relaciones Laborales con el apoyo del Programa Tutoresport de la universidad barcelonesa, diseñado para compatibilizar la actividad académica y deportiva.
"Con la selección española juvenil, nos íbamos todo el verano y teníamos exámenes. Cuando volvíamos en avión, íbamos directamente a la universidad a hacer el examen, descansar y preparar el siguiente", recuerda el catalán.
Una vida más allá del deporte
Aunque ahora las condiciones en el fútbol femenino han mejorado, cuando Marta Torrejón se adentró en el mundo de la Biología era "indispensable" prepararse para la etapa posterior al deporte.
"O hacías fútbol y estudiabas o hacías fútbol y trabajabas, porque sabías que cuando se te acabara la carrera no te daba", asevera la lateral derecho del Barcelona, quien lamenta que eso le hizo "no haber disfrutado de la vida universitaria".
Con sus horarios actuales, reconoce que sería "muy complicado" repetir lo que hizo cuando era adolescente: "Muchas veces hacía clases de 9 a 13 horas, luego prácticas de 15 a 19 horas y a las 21 horas entrenaba", detalla Torrejón, que se plantea impartir clases de Biología en la universidad cuando cuelgue las botas.
Muchos deportistas han tratado de separar ambas esferas de su vida para que una no afectara a la otra, aunque algunos se han dado cuenta de que, en realidad, se retroalimentan.
"Estudiar me hace mejor jugador. Soy muy organizado y disciplinado dentro de la pista y creo que mi faceta fuera del deporte ha ayudado a ello", afirma el ala azulgrana Sergio González, estudiante de un doble grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) y Derecho.
El jugador de Montcada i Reixac (Barcelona) tiene claro que, una vez finalizada su vida deportiva, tocará encarar una nueva etapa profesional alejada de las pistas.
"Ahora estoy viviendo lo más bonito del deporte, pero el día de mañana marcará el cómo voy a vivir cuando me retire del fútbol sala", analiza González, quien agrega que aunque ha escogido "un camino duro", merece la pena porque "estudiar te hace una persona plena".
