El equipo de refugiados, el emblema del movimiento paralímpico internacional

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David RamiroParís, 26 ago (EFE).- Ocho deportistas y un guía forman parte del Equipo Paralímpico de Refugiados (RPT) en los Juegos de París, el más grande de la historia al contar con nueve miembros, representando a más de 120 millones de personas que se han visto obligadas a huir de la guerra, la persecución y los abusos de los derechos humanos.

Por tercera edición consecutiva tras su debut en los Juegos de Río 2016, un equipo paralímpico de refugiados competirá en la mayor cita del deporte internacional de personas con discapacidad. Radicados en seis países, éstos atletas competirán en seis deportes: atletismo, halterofilia, tenis de mesa, taekwondo, triatlón y esgrima en silla de ruedas.

El Equipo Paralímpico de Refugiados competirá bajo la bandera del IPC y será el primero en desfilar en la ceremonia inaugural el 28 de agosto, que tendrá lugar a lo largo de los Campos Elíseos y en la Plaza de la Concordia.

La jefa de misión Nyasha Mharakurwa lidera el equipo paralímpico de refugiados. Representó a Zimbabwe en tenis en silla de ruedas en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 y fue uno de los dos únicos atletas que representó a su país en esa ocasión. Durante cinco años, ha trabajado directamente con miembros de federaciones internacionales dentro del personal del IPC

· Zakia Khudadadi (Afganistán). Afectada de polio, compite sin parte del brazo izquierdo. Para evitar que la acosaran, desde los siete hasta los quince años solía cubrirse la mano con un pañuelo grande para ocultar su discapacidad, algo que la llevó a pensar en el suicidio.

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Representó a Afganistán en los Juegos Paralímpicos de Tokio, quedando novena. Ese mismo año se marchó a Francia y comenzó a residir en París. Entrena junto a atletas franceses y el entrenador Haby Niare.

· Guillaume Junior Atangana (Camerún). Invidente, corre junto a un guía. Comenzó a practicar atletismo en 2015, a los 16 años, en Yaundé, dónde fue descubierto por el entrenador Frederick Fouda Nsoe en una competición de velocidad en la que quedó quinto.

Representó a Camerún en los Juegos Paralímpicos de Tokio, en los que fue cuarto en 400 y noveno en los 100, antes de marcharse a Bingley (Inglaterra). En París es el abanderado del equipo de refugiados.

· Ibrahim Al Hussein (Siria). Perdió el pie derecho y parte del pie izquierdo durante la guerra civil en Siria en 2012, dos años antes de marcharse como refugiado a Grecia sin dinero y en silla de ruedas.

Con el cuarto puesto en la Copa del Mundo de A Coruña (España) en 2023 se presenta en París, dónde disputa sus terceros Juegos, los primeros en triatlón, ya que en los anteriores dos lo hizo en natación.

· Salman Abbariki (Irán). Reside desde 2018 en Bremen (Alemania), dónde entrena con Jens Ellrott y Steven Hollwedel. Llegó al país europeo tras varios años de éxitos como deportista ya que ganó una medalla de oro en lanzamiento de peso en los Juegos Paralímpicos Asiáticos de Guangzhou (China) en 2010 y también batió el récord de la región asiática (10,34 m).

Su relación con el deporte comenzó en 2003, cuando estaba en casa viendo un programa de televisión sobre deportes para discapacitados. Como le interesó, al día siguiente se puso en contacto con ellos y tras ofrecerle participar en un entrenamiento de lanzamiento de peso decidió apostar por ese nuevo cambio de vida.

· Hadi Darvish (Irán). Después de terminar la universidad, consiguió un trabajo en el gobierno, pero las condiciones le obligaron a abandonar su país, su familia y todo lo que tenía con su silla de ruedas.

En Alemania vivió al principio dos años en un campo de refugiados con su mujer y sus hijos. Al principio ni siquiera le permitían inscribirse en un gimnasio porque no tenía cuenta bancaria. Al final encontró un gimnasio en Giessen (Alemania) y, cuando el presidente del club vio su historial deportivo, aceptó que pagara mensualmente en efectivo, pudiendo volver a entrenar y posteriormente competir, ganando una medalla de bronce en halterofilia, en menos de 80 kilos, en la Copa del Mundo de Tbilisi en junio pasado.

· Sayed Amir Hossein Hosseini Pour (Irán). Se fue de su país hace dos años y desde entonces ha vivido en diferentes campos de refugiados lejos de su familia desde su llegada a Alemania.

Ganó dos medallas de oro en los Juegos Asiáticos de la Juventud de 2021 en Bahréin y en París, en tenis de mesa, sueña con estar cerca del podio en un deporte que le apasiona desde que estaba en la escuela.

· Amelio Castro (Colombia). La muerte de su madre cuando tenía 16 años y un accidente de tráfico a los veinte, con el que perdió el movimiento de sus piernas obligándole a ir en silla de ruedas, han marcado su vida. Después tuvo que abandonar su país por amenazas, marchándose como refugiado a Italia en 2022.

Después de un largo camino de recuperación, decidió escribir un libro para intentar inspirar a la gente aunque finalmente decidió que la mayor inspiración que podía ofrecer es que la gente lo viera practicando un deporte. Eligió la esgrima en silla de ruedas

· Hadi Hassanzada (Afganistán). Nació en Afganistán y, siendo niño, se trasladó a Irán con sus padres. A los veinte años abandonó la casa de sus padres y buscó refugio en Turquía antes de trasladarse a Austria, dónde vive y entrena en el Centro Nacional de taekwondo.

Su vida ha estado marcada por dificultades, como la pérdida de su mano derecha, pero el deporte le ha enseñado a transformar estas pruebas en oportunidades.