"Lo de Manzaneda fue ya irreal pero esto es un puto sueño", dijo en meta, visiblemente emocionado pero feliz porque "llevaba unas patas increíbles, mejor que el otro dí en Manzaneda.
Respecto al desarrollo de la etapa, explicó que le ha "dado vida" su ataque a 3 kilómetros de la meta a sus compañeros de escapada, el ruso Alexandr Vlasov y el francés Pavel Sivakov.
"Sivakov ya estaba un poco cansado porque había tirado mucho y cuando le he visto la cara a Vlasov me he decidido", apuntó, asumiendo que "no se puede explicar" lo que supone para él estas dos victorias, ya que "no lo esperaba".
