"Fue un día perfecto. O casi perfecto, porque João Almeida se cayó.La victoria en el Muro de Bretaña tiene un significado especial. Sabía que Mathieu Van der Poel también quería ganar en esta icónica subida, pero creo que Mathieu se entregó demasiado ayer. Por eso no tuvimos la revancha", dijo en meta el líder del Tour.
"Estoy encantado con esta victoria. Todo ha salido tal y como lo habíamos planeado. Vamos a ver cómo está Almeida, solo si está bien podemos hablar de un día perfecto", explicó.
Pogacar explicó la ejecución del plan de equipo que le llevó a la victoria.
"Tim Wellens me dejó a la perfección al pie de la subida, luego João debería haberme relevado, pero de repente apareció Jonny Narváez e hizo un trabajo fantástico", detalló.
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Con el maillot amarillo de nuevo en su poder, Pogacar espera algo más de tranquilidad en las próximas etapas, en teoría propicias para los velocistas.
"Ojalá tengamos dos días tranquilos", concluyó.