Van der Poel, quien lució el amarillo en la tercera y cuarta etapas, admitió que era consciente de que se iba a despedir del liderato por falta de fuerzas.
"Lo disfruté más que los primeros días. Lo que predije sucedió. Si quería estar entre los mejores en semejante final, necesitaba mis mejores piernas. Y sabía de antemano que no las tendría", admitió.
El triple ganador del Tour de Flandes y París Roubaix pasó apuros en el primero de los ascensos al Muro de Bretaña, y en el segundo no pudo seguir ni de cerca al grupo de la general.
"En la primera subida casi tuve que abandonar, y sabía que en la segunda subirían aún más rápido", comentó.
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El exmaillot amarillo comentó sus problemas para recuperarse de los esfuerzos diarios y se comparó con el resto de rivales.
"A veces me pregunto cómo los demás se recuperan de esa manera todos los días. Me alegra poder centrarme principalmente en las clásicas".