Coello y Tapia volvieron a ser campeones en Málaga en la tarde de este domingo, en un Martín Carpena lleno hasta la bandera que ya había vibrado minutos antes con el triunfo de la malagueña Bea González junto a Claudia Fernández (contra Ortega y Tamara Icardo) en la final femenina.
De nuevo se daba este clásico del pádel mundial y las expectativas se cumplieron. Las dos mejores parejas del mundo, frente a frente. Un espectáculo asegurado y, un día más, una tarde para rendirse ante los reyes Arturo y Agustín.
‘Chingalán’ tuvo un 0-30 con posibilidad de rotura en el noveno juego de partido, con 4-4 en el marcador, pero sus rivales se levantaron desde el aguante y la sangre fría de Coello para acabar llevándose el primer set por 6-4.
En el segundo, un guion similar, pero con más lamento para Galán y Chingotto, porque tuvieron hasta cinco oportunidades de romperles el saque, y todas las desaprovecharon. De pensar en un posible set de desempate a darle la vuelta y finiquitar con 7-5 este P1 de Málaga en el que el argentino Agustín Tapia fue elegido mejor jugador del torneo.
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En esta campaña 2025, la pareja hispano-argentina ha logrado siete títulos: Riyadh P1 en enero; ‘Major’ de Catar en abril; Bruselas P2 en abril; Buenos Aires P1 en junio, Valladolid P2 en junio, Burdeos P2 en julio y ahora el Málaga P1.
La balanza sigue cayendo del lado de los ‘Golden Boys’ en los enfrentamientos directos contra los segundos mejores palistas del mundo. Van 21 partidos entre Tapia-Coello y Galán Chingotto, y el balance es favorable a los primeros por 15-6.
En este 2025 se han dado un total de seis cruces entre ellos y que se ha resuelto con cinco victorias para Coello-Tapia y tan solo una para Chingotto-Galán.
Los chicos de oro siguen acrecentando su leyenda en la historia del pádel y acumulan 36 títulos como pareja. En la actualidad, está cada vez más difícil acercarse al alto listón que ponen Tapia y Coello, aunque no paren de intentarlo sus rivales más directos y hambrientos, el dúo ‘Chingalán’, que de nuevo estuvieron cerca, pero no lo suficiente para quitarles el trono.