Philipsen, un viejo conocido para la afición aragonesa

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Zaragoza, 30 ago (EFE).- El belga Jasper Philipsen (Alpecin Deceuninck) es un viejo conocido para la afición aragonesa y su victoria en la octava etapa de la 80 ª Vuelta a España en Zaragoza no era el primero que conseguía en Aragón, ya que su palmarés internacional lo estrenó en esta tierra.

Philipsen (1998) se impuso "en solitario" en la primera etapa en 2013 de la trigésima edición de la Vuelta al Bajo Aragón que organiza en Caspe (Zaragoza) y su comarca el Club Ciclista Caspolino.

"Claro que me acuerdo de aquella victoria, aunque entonces era muy joven. Estaba en el equipo local de Bélgica", explicó tras firmar el doblete en la Vuelta al esprint en la meta de Zaragoza que supone la victoria número 15 en grandes vueltas.

El velocista de Mol recordó que en la categoría cadete con su equipo local, el Acrog, cada temporada realizaban "un viaje largo a España o a otro país" y ese año el destino fue Caspe.

Philipsen comentó que fue la primera vez que salía, aunque no pudo precisar con rotundidad que fuese su primera victoria internacional.

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No obstante destacó que el triunfo, al contrario de lo que es habitual ahora en él, fue "en solitario, algo que ahora no es normal para mí".

Aquel triunfo en Maella, según reflejó EFE, fue en solitario pedaleando contra el viento los últimos dieciséis kilómetros y la falta de entendimiento en el grupo le permitió conseguir una ventaja que llegó a casi el minuto y que le sirvió para cruzar la meta con tres segundos de ventaja.

Desde Maella, los triunfos del belga en la élite ciclista son tras el de Zaragoza 56, con un total de 15 en grandes vueltas o la Milán-San Remo y la Kuurne-Bruselas-Kuurne, entre otras muchas.

"¿Mi victoria número 15 en una gran vuelta? Cada una es especial, pero nunca es fácil. Sufrí en la montaña para llegar hasta aquí. Es una Vuelta difícil, pero con dos victorias ya puedo estar contento", dijo Philipsen tras cruzar la meta.

Un triunfo difícil, ya que los equipos de los rivales lanzaron a sus velocistas hasta los últimos metros y al comienzo del esprint perdió el contacto con sus compañeros del Alpecin

"Ganamos, así que no hay nada de qué quejarse. Perdí la rueda de mis compañeros. Creo que hicieron un lanzamiento increíble, pero no estaba bien situado. Intenté comunicarme, pero es difícil en el último kilómetro, así que tuve que luchar yo solo. Sentía las piernas como cemento, pero logré ganar, así que estoy muy contento", concluyó.