"Es difícil describir mi decepción. Sentí que hoy era mi día, es una pena. Sabía que la nueva línea de meta estaba a tres kilómetros de la meta, pero no sabía dónde estaban esos tres kilómetros. Estuve demasiado ocupado en el descenso con mi duelo con (el líder de la carrera, el danés) Jonas Vingegaard", explicó Pidcock.
Pidcock admitió que no se enteró "muy bien" del hecho de que no habría ganador de etapa por la decisión de la organizador en vistas de las protestas propalestinas.
"Me costó un poco darme cuenta de que no habría un ganador. No fue fácil para mí. También sé que no es fácil para la organización. Hicieron lo que pudieron. Lo importante es que nadie tuvo problemas. Debe primar nuestra seguridad y que podamos seguir compitiendo", concluyó.
La undécima etapa de la Vuelta a España quedó sin un vencedor oficial y con el recorrido recortado en tres kilómetros, después de que la organización tomara esa decisión ante la proliferación de protestas propalestinas y contra la participación del equipo Israel-Premier Tech en la recta de llegada en la Gran Vía de Bilbao, que podía hacer peligrar al pelotón.
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