La Cruz, uno de los nombres más emblemáticos del boxeo aficionado internacional, regresó al ring con el objetivo claro de dejar atrás su temprana eliminación en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde cayó en su primera pelea y vio frustrado el sueño del tercer oro que lo habría colocado al nivel de leyendas como sus compatriotas Teófilo Stevenson y Félix Savón.
Con una actuación sólida y su característico estilo técnico, el capitán de la selección cubana impuso el ritmo del combate desde el primer asalto y Abdullayeb, medallista habitual en certámenes internacionales, no logró descifrar la defensa del camagüeyano, que dominó los tres asaltos para asegurar su avance a la siguiente ronda.
Los Mundiales de Liverpool, que se disputan del 4 al 14 de septiembre, representa no solo un nuevo reto para La Cruz, sino también una plataforma para revalidar su estatus dentro del pugilismo aficionado, ahora bajo el paraguas de World Boxing, la nueva federación nacida tras la salida del COI (Comité Olímpico Internacional) de la AIBA.
