La Cruz, de 36 años, no tuvo un comienzo fácil y, en el primer asalto, un golpe certero de de Damar, 20 años más joven y con notable ventaja de alcance, le impidió encontrar distancia, y obligó al cubano a replegarse más de lo habitual.
El doble campeón olímpico dejó atrás su habitual estilo elusivo y aumentó el volumen de golpeo en el segundo asalto, sabiendo que su destreza defensiva no bastaría para doblegar a un rival tan activo.
Con el combate igualado, La Cruz apeló a su veteranía y recurrió al movimiento de cabeza constante, fintas y desplazamientos laterales para descolocar a Damar, que no logró conectar con claridad en los minutos finales.
El veredicto dividió a la afición local, mayoritariamente a favor del británico, pero los jueces se inclinaron más por el cubano (4-1), quien mostró deportividad al alzar la mano de su joven rival tras el anuncio de la decisión.
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“Fue una pelea muy dura. Thomas es un boxeador con gran futuro, pero hoy mi experiencia marcó la diferencia”, declaró La Cruz.
Con esta victoria, el antillano asegura al menos una medalla de bronce, continúa su camino hacia un nuevo título mundial en la división de los 92 kilos y en semifinales se enfrentará este viernes al kazajo Aibek Oralbay en el último combate de la noche.
Antes, el cubano había superado al azerí Mahammah Abdullayev y al iraní Amir Esmaeli.
