La Albirroja había conseguido el primer título ecuménico de Fútbol de Salón en 1988, en Australia, comandada por los Carosini, Romero, Villamayor, Martínez, el arquero González, los hermanos Ruiz Díaz y otros grandes exponentes del fútbol sala.
La cita en nuestro país se dio 15 años después de la primera conquista y por ser local la oportunidad era brillante para los paraguayos.
El título fue de forma invicta y aquel día consagratorio Paraguay formó así: Wilson Urbieta; César Riveros, Juan de Rosa Gómez, Gustavo Benítez y Robson Fernandes (un brasileño que fue nacionalizado para ese Mundial). Ingresaron posteriormente, Carlos Villalba, Rubén Núñez, Eugenio Zorrilla y Christian Garcete. El técnico que guió al monarca fue Martín Barrientos. Fueron autores de los goles consagratorios, César Riveros, en dos ocasiones, Alberto Benítez, también con dos conquistas y el “rapaí” Robson Fernandes.
