Recuerdan a Sebastán "Papi-í" Fleitas

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Juan Blanco Fernández, quien escribió "Recuerdos de un Oratoriano", en relación al Oratorio Festivo San Luis, nos envió un escrito, recordando al gran jugador de fútbol Sebastián "Papi-í" Fleitas.

El mismo dice cuanto sigue:

-La frágil memoria colectiva del público futbolero paraguayo relegó muy pronto al olvido a uno de los jugadores más habilidosos que produjera nuestro fútbol: Sebastían “Papi-i” Fleitas.

Como una respuesta a tan ingrata circunstancia y para que las nuevas generaciones lo tengan registrado, me atreví a desempolvar la rica historia de un duende alucinante que desparramó su maravilloso talento en los campos de juego.

De origen humilde, surgido de los potreros de Loma Clavel y Loma Cachinga, cuna de grandes músicos, de bohemios y de hombres bravos moldeados en épicas trifulcas.

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Se consolidó como futbolista en la arenosa y polvorienta cancha del Oratorio Festivo San Luis, Moreno menudo, dotado de una extraordinaria habilidad, de vigorosa estructura muscular y gran fortaleza.

De chiquilín ya deslumbraba con sus genialidades entre los grandotes de la primera oratoriana. El público abarrotaba la casa de Don Bosco para ver y disfrutar de sus mágicas zigzagueantes gambetas con el plus de sus espectaculares goles.

Debutó en la primera del club Libertad a los 17 años, en la década del sesenta y a los 20 años fue goleador del campeonato paraguayo.

Integró la selección nacional y fue autor del gol contra Argentina en la inauguración de la lumínica del Defensores del Chaco.

Joven aún (21 años) emigró a la Madre Patria, fichó por el Málaga y al poco tiempo los dos grandes procuraban su concurso ante la belicosa oposición de los simpatizantes de su club que no querían perder a su valiosa joyita.

Finalmente recaló en el Real Madrid donde cumplió una destacada labor siendo muy apreciado de los arrabales asuncenos instalado en el corazón de la sociedad madrileña contrajo matrimonio con la hija del afamado actor y director de cine español Fernando Rey.

El periodista Robert Singer en el libro “Cien Años de Pasión”- “La Historia del Club Libertad”, en la pág. 89 con el subtítulo: “Sebastián Fleitas: “La Fantasía al servicio del equipo”, escribió lo siguiente:

“De tantos y tan buenos jugadores visto con la albinegra, hay en la memoria uno que ha sido inolvidable y que a su fabuloso juego le agregó uno de los goles que serán de por para quién escribe estas líneas.

Hablamos de Sebastián Fleitas, un jugador de élite, con arranques a lo Maradona y definiciones a lo Romario (el subrayado es mío), y curiosamente, con un físico parecido al de ambos monstruos. Por algo se lo llevó nada menos que el Real.

“Fue una cálida noche de febrero del 68 cuando en el estadio de Sajonia se enfrentaban por la Libertadores, Libertad y un Peñarol con todas las figuras que forjaron las más grandes páginas de la historia del club uruguayo.

Cero a cero, partido duro, trabado, de mucha lucha y poco fútbol hasta que el genio decidió frotar la lámpara”.

“Sebastián recibió un pase metido en forma perpendicular al arco, él estaba al borde del área grande con el extraordinario zaguero chileno Elías Figueroa respirándole en la espalda”.

“Bueno, recibió el pase es una manera de decir porque Fleitas amagó parar la pelota, la dejó seguir, giró sobre sí mismo y alrededor de Figueroa, quién vió como la pelota se le iba por un costado y Sebastián por el otro, para encontrarse ambos a sus espaldas y de frente a un tan sorprendido como desesperado y desamparado Ladislao Mazurkiewcz”.

“Sebastián recién ahí se decidió a tocar el balón y lo hizo para, de primera y con un toque sutil, marcar el gol de una victoria estupenda ante un cuadrazo histórico. La magia de Fleitas duró poco en nuestro país porque el Real Madrid se lo llevó y disfruto por muchos años”.

También Fleitas dejó grabado en la retina de los madrileños un soberbio golazo al Chelsea inglés en una final de la Recopa de Europa (1971).

Dotado de la misma genética futbolística de los Romario, Maradona, Messi, tal vez circunstancias ajenas al fútbol y no tener el respaldo de la parafernalia publicitaria, le impidieron ubicarse en el lugar que le correspondía en el consenso mundial.

Con esta abreviada síntesis de su notable trayectoria espero haber sacudido el recuerdo de quienes lo vieron jugar, y brindar mi respetuoso homenaje a la memoria de un grande que con humildad y mucha clase, honró al fútbol.

Sebastián Fleitas falleció en Madrid, el 14 de Abril del 2000, a los 53 años de edad.