"Nos conocemos más que de sobra, hemos entrenado millones de veces juntos, hemos estado prácticamente en todos los torneos juntos, pero una vez dentro de la pista no hay amigos", afirmó la undécima raqueta del mundo tras superar en las semifinales al australiano Alex de Miñaur (6-7, 7-6 y 6-4).
Alcaraz reconoció que en la penúltima ronda sufrió demasiados altibajos y tendrá que "estar más concentrado y ser más constante" para ganar la final, aunque destacó el haber "luchado hasta el final" y aseguró que siempre creyó en la remontada.
Por su parte, Pablo Carreño expresó su satisfacción por disputar su primera final en Barcelona: "Me he encontrado muy cómodo jugando con el público a favor, siempre beneficia y el ambiente que está habiendo estos días es magnífico".
Sobre su amigo Alcaraz destacó que "es un jugador que viene al alza, que tiene un potencial terrible y se va a meter en el top-10 mañana".
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"Es un jugador muy agresivo, valiente y alegre. Tiene variantes: sube a la red, hace dejadas, lifta muy bien la bola, pega muy duro... Va a ser muy complicado", apostilló Carreño sobre su rival.