"Top ten"

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Santiago AparicioMadrid, 25 abr (EFE).- Desde las alturas del ránking contemplan ya esta semana el circuito, tanto masculino como femenino, los españoles Carlos Alcaraz, instalado ya en el noveno puesto ATP, como Paula Badosa, erigida en la segunda mejor jugadora del mundo.

Adentrados ya en la temporada de tierra y una vez cumplido el primer tercio del ejercicio, la clasificación deja en evidencia la explosión de dos referentes que advertían tiempo atrás y que han amarrado el 2022 como el año de su consolidación.

Alcaraz no para de agrandar méritos y agigantar expectativas. Una temporada atrás, cayó en primera ronda del Conde de Godó ante el estadounidense Frances Tiafoe. El murciano era el 119 del ránking. Este lunes, con la copa de este torneo bajo el brazo, es el noveno jugador del circuito.

Exactamente diecisiete años después, en el mismo día, un lunes 25 de abril, Carlos Alcaraz se instala por primera vez en el top ten igual que Rafael Nadal, que lo hizo en el 2005. En ambos casos fue tras vencer en Barcelona. El jugador de El Palmar se convirtió en el más precoz en situarse entre los mejores desde que lo hizo el balear aquél año.

El vigésimo jugador de la historia de menos de diecinueve años en acceder a uno de los diez primeros lugares de la tabla ATP, el primero desde Andy Murray hace tres lustros, consiguió en Barcelona el cuarto título de su carrera, el tercero en lo que va de curso después de volver con el trofeo de Rio de Janeiro y Miami, su primer Masters 1000.

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Solo Nadal, que antes de la lesión disfrutó de los éxitos en Acapulco, el Abierto de Australia y Melburne, y el ruso Andrey Rublev, que el domingo añadió el torneo de Belgrado a los conseguidos en Dubai y Marsella meses atrás, llevan tantos méritos acumulados a sus espaldas en lo que va de 2022.

Con solo tres partidos perdidos en lo que va de curso -ante Nadal en Indian Wells, frente al italiano Matteo Berrettini en el Abierto de Australia y contra el estadounidense Sebastian Korda en Montecarlo, el murciano es el tercer mejor tenista hasta el momento. El tercero de la carrera ATP, la que marca el trayecto semana a semana. Alcaraz va detrás, únicamente, de Rafael Nadal, que solo ha sufrido una derrota que le obligó a parar para recuperarse de su lesión, y el griego Stefanos Tsitsipas.

Apunta con firmeza el jugador de 18 años a las Finales ATP de Turín a final de temporada. El vigésimo jugador español en adentrarse en algún momento entre los diez mejores del circuito ya es respetado por la élite. Se ha habituado Alcaraz a hacer frente a rivales con numerosas semanas ubicados en las alturas del ránking. Ya se ha impuesto varias veces al griego Stefanos Tsitsipas, quinto del mundo, pudo con los italianos Mattero Berrettini, sexto y Jannik Sinner, con el noruego Casper Ruud, séptimo.

La presencia del jugador de El Palmar en los momentos estelares de los eventos es una situación con la que ya se cuenta. Su prematura eliminación del Masters 1000 de Montecarlo, en su primer partido, contra Korda, fue una excepción de un hombre que entusiasma por su juego agresivo, constante y batallador. Barcelona desveló una interminable fe en el éxito. Estuvo con un pie fuera de la competición en las semifinales contra el australiano Alex de Miñaur. Pero salió airoso. Salvó dos puntos de partido y dio un giro al encuentro.

Mira hacia Madrid Carlos Alcaraz, su próximo compromiso. Fue ahí, en la pista central de la Caja Mágica donde coincidió por primera vez con Nadal, hace un año, con el que se reencontró meses después en Indian Wells donde fue capaz de arrebatar un set a su paisano. El campeón más joven en ganar el Masters 1000 de Miami y el tercero en la historia en levantar un premio en un evento de este nivel, solo por detrás del balear y del estadounidense Michael Chang asume que está en el momento de su vida, en un año mágico para el tenis español.

El progreso de Alcaraz se une al sensacional arranque de curso de Rafael Nadal, erigido en el mejor de todos los tiempos en cuanto a éxitos en el Grand Slam. Su triunfo en Australia le separó del equilibrio con Roger Federer y Novak Djokovic. El balear ya acumula veintiún grandes. Uno más que el suizo y el serbio.

El noveno puesto en la clasificación ATP es la recompensa de lo recorrido. Igual que el de Paula Badosa, erigida en la segunda mejor del mundo, solo superada por la polaca Iga Swiatek.

La jugadora de Varsovia de veinte años ha asumido con firmeza y con seriedad el número uno que recogió tras la retirada de la circulación de la australiana Ashleigh Barty, que colgó la raqueta semanas atrás. Swiatek venció en Stuttgart el domingo. Lleva veintitrés victorias seguidas. En Alemania cerró su cuarto trofeo del tirón junto a Doha, Indian Wells y Miami. Siete éxitos aúna la polaca que irrumpió con fuerza en el 2020 cuando ganó y abrió su cuenta, con solo 18 años, Roland Garros.

Solo Swiatek supera en el ránking a Badosa que confirmó su progresión, su firmeza en el recorrido, cuando batió a la tunecina Ons Jabeur en los cuartos de Stuttgart. No llegó a la final. Perdió en el siguiente tramo, ante la bielorrusa Aryna Sabalenka.

Badosa transita por el 2022 con el triunfo ya en el torneo de Sídney que añade a los de Belgrado y, sobre todo, Indian Wells un curso antes. Semifinalista en Indian Wells ha alcanzado cuartos en Miami, Charleston y ahora Stuttgart. Méritos que la elevan en la clasificación.

Paula Badosa es ya la cuarta española en situarse en el número dos del ránking WTA. Antes lo lograron Arantxa Sánchez Vicario y Garbiñe Muguruza, que llegaron a ser las primeras del mundo, y Conchita Martínez, en octubre de 1995. EFE.

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