"Sé que esta racha acabará pronto y no se me romperá el corazón el día que suceda. Creo que ser consciente de ello es bueno para mí, es sano", dijo la número 1 del mundo, que busca su segundo triunfo en París tras el logrado en 2020.
Swiatek, de 20 años, se muestra bromista, incluso demasiado, asegura que le hubiera gustado que lloviera alguno de los días pasados para poder visitar la ciudad, pero lo ha hecho este viernes, justo el día que ella no tenía programado entrenamiento.
Dice no sentir presión, pese a que todos los focos están sobre una jugadora que ha ganado los cinco últimos torneos que ha disputado, incluido el de Roma, el último grande antes de Roland Garros.
"Me he probado a mí misma y a los demás que puedo estar entre las mejores. Antes no tenía tanta confianza. Este año siento mucha más serenidad", señaló la polaca, que en la pasada edición, cuando defendía título, cayó en cuartos de final.
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Swiatek es consciente de que los resultados logrados no son una garantía de firmar un buen resultado en Roland Garros, el único grande que ha ganado. Aunque haya ganado todos los duelos desde que cayó en semifinales del Abierto de Australia, sabe que un Grand Slam es diferente.
Ahora lo afronta como número 1 del mundo, tras la retirada de la australiana Ashleigh Barty, sabedora que su estatus ha mejorado.
"El mundo ha cambiado, eso está claro. Pero tengo la impresión de seguir siendo la misma persona y la misma jugadora. Y que tengo un gran margen de progresión por delante", dijo.
