Pese a cometer siete dobles faltas, la número cinco del mundo compensó con un alto porcentaje de puntos ganados con el primer saque y un resto incisivo que le permitió quebrar en cinco ocasiones.
Andreeva reconoció que en algunos tramos de la temporada dudó entre atacar o contenerse, pero ahora se exige mantener la iniciativa para competir de igual a igual con las mejores.
La joven siberiana de 18 años, dirigida por la española Conchita Martínez, aseguró que su objetivo es reencontrar el ritmo que la llevó a conquistar este año los títulos de Dubái e Indian Wells, los dos primeros de categoría WTA 1000 en su palmarés.
“Estoy aprendiendo a ser más agresiva y también a ser más amable conmigo misma, a no juzgarme demasiado rápido”, afirmó.
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Andreeva se medirá en tercera ronda con la gallega Jéssica Bouzas Maneiro (n.48), que derrotó a la ucraniana Dayana Yastremska (n.31), y confía en repetir en una pista principal del complejo pequinés, donde dijo sentirse “motivada” por el ambiente pese a la humedad.
La rusa subrayó también el progreso vivido en apenas un año, al pasar del puesto 22 en el ranking mundial a instalarse en el ‘top 5’.
“He dado un paso adelante en todo, desde la madurez hasta lo físico. Ahora quiero seguir mejorando y ser cada vez más profesional”, señaló.
