El choque no es nuevo. Estimula el espectáculo, aviva la polémica y forma parte del entretenimiento que gana repercusión en fechas como estas, con más ocio que labor y sin apenas reclamos deportivos con los que pasar el rato.
De vez en cuando el debate se reabre y el intercambio de opiniones, pareceres y declaraciones ganan fuerza. Entonces, convertido en reto, alguien recoge la discusión y se convierte en una buena justificación para el show, para la exhibición.
Unas declaraciones del Kyrgios meses atrás, en las que aseveró que podría ganar con facilidad a cualquier jugadora, despertaron el interés del duelo, ahora hecho realidad. Sabalenka recogió el reto.
Pero el cara a cara del domingo en Dubai, organizado por la agencia Evolve que representa a ambos tenistas, no es algo nuevo. No es la primera vez que un hombre y una mujer se sitúan frente a frente en una cancha de tenis para ver quién es mejor o si el equilibrio existe.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
La jugadora más poderosa del momento, un portento físico y también técnico, calibra la situación ante Kyrgios, talentoso, excéntrico y al que el espectáculo le va más que la competición y que nunca llegó a cubrir las expectativas que aventuraba su clase, su tenis. Capaz de lo mejor y de lo peor, lleva tiempo acomodado al otro lado de la cancha.
En el año que termina, el oceánico, finalista en Wimbledon en 2022, apenas ha jugado un puñado de partidos.
Los organizadores del evento, fijado en el 'día de los inocentes', 28 de diciembre, han establecido reglas particulares para asegurar igualdad en el partido. En cuanto al servicio, no habrá dos saques, sino uno cada vez que se ponga la pelota en juego. Inicialmente se planteó que Kyrgios tuviera uno y Sabalenka dos, pero al final se optó por un único intento en los dos casos.
Respecto al tamaño de la pista también hay alteraciones. Sabalenka jugará en un lado reducido un nueve por ciento mientras que el del australiano, hacia donde golpea la bielorrusa, será de tamaño habitual. Es decir, él tendrá que precisar más sus tiros hacia un área más pequeña y ella lo hará hacia un espacio con las medidas de siempre, las reglamentarias.
La reducción está prevista para mostrar diferencias de velocidad y de movimiento entre lo que es habitual en los circuitos masculino y femenino.
Varias "batallas de los sexos" en el tenis han formado parte de la historia. La primera data de 1973, en mayo, cuando un ganador de Wimbledon y doble vencedor del Abierto de Estados Unidos, el estadounidense Bobby Riggs, que también fue número uno del mundo, se enfrentó a la legendaria Margaret Court, la jugadora con más títulos de Grand Slam. Riggs no dio opción a la ganadora de veinticuatro 'grandes' y venció con cierta facilidad.
Sin embargo, cuatro meses más tarde asumió el desafío Billie Jean King. Ese fue el cara a cara más trascendente hasta ahora entre los catalogados como 'Batalla de los sexos'. La estadounidense, un referente en el tenis femenino y en la lucha por la igualdad de la mujer, logró derrotar a Riggs por 6-4, 6-3 y 6-3 en un partido de exhibición disputado en Houston ante más de 30.000 espectadores. Fue en un momento de reivindicación, cuando las mujeres reclamaban ganar los mismos premios en metálico que los hombres.
El siguiente capítulo llegó en 1992, con dos de los jugadores más carismáticos del momento, los estadounidenses Jimmy Connors, entonces con 40 años, y la legendaria y dominadora del tenis femenino Martina Navratilova, de 35. Se impuso el ganador de 109 títulos del circuito ATP por 7-5 y 6-2 a pesar de la alteración de las reglas en busca de un mayor equilibrio. Connors contó con un solo saque y su rival, sin embargo, podía meter la pelota en los pasillos de dobles.
Ahora llega el duelo de Dubai, cargado de expectación y como reclamo de una nueva versión del pulso entre un hombre y una mujer en una pista de tenis. No será el último.
