La novela “Hijo de la revolución”, lanzada en abril de este año, dio a Barreto el premio literario más importante de nuestro país. El galardón será entregado por el presidente Mario Abdo Benítez en la primera quincena de noviembre, en el Palacio de Gobierno.
El premio consiste en la suma equivalente a unos cincuenta salarios mínimos legales, es decir, G. 106.641.950.
En total se presentaron 55 obras al premio. El jurado estuvo integrado por Estela Appleyard, Mario Rubén Álvarez, Andrés Colmán, Alcibiades González Delvalle y Osvaldo González Real.
La historia de “Hijo de la revolución” se desarrolla en la primera mitad de la década del veinte, del siglo pasado, concretamente durante la revolución liberal del 22.
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“He decidido tomar este tema porque es una parte de nuestra historia nacional que no se enseña, que permanece oculta. Es una época que estaba en forma soterrada, que nadie tocaba, hasta podemos decir que es un tema tabú. En unos años se cumplirá el centenario y me animé a escribir sobre ella”, nos dice doña Maribel.
La escritora, que antes ha ganado el premio Roque Gaona y el premio Roa Bastos, completa con este libro una trilogía referida a las revoluciones y que se inició con “Entre guerras, el amor” y continuó con “La ciudad rebelde”, referida al drama del 47. En “Hijo de la revolución”, Barreto ha buscado un tono polifónico porque lo que ha querido es que el pueblo sea el protagonista y no los líderes militares. “No es una historia militar, sino de la gente y cómo sucedieron los hechos y el desastre que ocurrió en el país. Trato el problema de la revolución que siempre es la extrema violencia con todos y algunos hechos revolucionarios relevantes, como el primer combate aéreo y la utilización de armamentos como morteros, que eran sacados de los cuarteles. Los que morían eran los hombres del pueblo que dejaban sus campos para ir a pelear. Por supuesto, también me refiero al protagonismo de las mujeres, porque los hombres van a pelear, pero son las mujeres las que sufren las consecuencias”.
Maribel Barreto no para de escribir. Nos cuenta que acaba de entregar al editor un libro para niños y está a medio camino de una novela de tono dramático.
El jurado del Premio Nacional de Literatura decidió otorgar también menciones de honor a las obras “La novela de los Barret”, de Alfredo Boccia; “Interminable sed”, de Víctor Casartelli; “Malva en flor”, de Milia Gayoso; “Todo pasó en setiembre”, de Susana Gertopán; y a la obra “Hilvan de Lunas”, de Mabel Pedrozo.