Hoy presentará sus composiciones propias y de otros autores en Espacio E (Estrella 977), desde las 20:00. Las entradas tendrán un costo de G. 20.000.
Correa es un pianista paraguayo que este año terminará sus estudios universitarios de música en la JML Vienna, de Viena, Austria. Hace cinco años emigró al mencionado país para perfeccionarse como intérprete de piano, buceando en el género sincopado y sus diferentes vertientes.
Si bien empezó desde niño estudiando piano de manera académica en Paraguay, sintió el llamado de la música por ver animé y otros dibujos animados. “Escuchaba muy conscientemente la música”, comentó.
Y el jazz llegó a su vida cuando estaba terminando la secundaria, cuando de manera espontánea se cruzó con los discos de los estadounidenses Armstrong y Metheny. Él no recuerda cómo los discos llegaron a su casa, pero simplemente aparecieron para marcar su rumbo. También fue gracias al compartir música con otra persona, un amigo llamado Matías Vega, y escuchando a referentes de la escena nacional, que se decidió a seguir este camino.
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Hoy, el pianista disfruta de las diferentes posibilidades que le da el jazz para explorar con la música. Con el concierto que presentará esta noche, justamente, ofrecerá una amalgama de formas musicales. Sonarán autores contemporáneos desde Brad Mehldau, pasando por Chris Potter, hasta obras del compositor uruguayo Gustavo Pena, donde contará con la participación especial de la cantante Emilia Olazar.
El grupo que lo acompañará está conformado por Víctor Álvarez (teclados), José Burguez (batería) y Nicolás Cañete (bajo), con quienes también juntó sus influencias.
Buscando la novedad
Si hay algo que para Paulo es importante dentro de la música es la innovación. Lo que siente en el mundo en el que se desenvuelve ahora, a diferencia del piano clásico, es que “hay menos elitismo”, por un lado, y por otro lado, destaca que le gusta mucho componer. “Encuentro también que muchas de las innovaciones que se hicieron en la música vinieron del jazz y no de la música clásica en los últimos 50 años”, manifestó.
Acerca del repertorio, adelantó que presentará cinco temas propios “que juegan mucho con compases de amalgama”. En dicho sentido, expresó que aquí “hay pocos compositores que indagan en esa zona” o en “el microtonalismo, o incluso simplemente en más temas modales”.
Como parte de su búsqueda, anticipó también que estará experimentando con sintetizadores y que, de hecho, habrá dos teclados. “Hay desde música de esencia árabe hasta música no electrónica pero drum and bass. Bien alejado del jazz tradicional”, dijo sobre una parte de su repertorio.
La otra parte interesante es lo que va a cantar Emilia Olazar. Gustavo Pena “es un señor que fue muy ninguneado en su momento, incluso allá, y ahora hace como cinco años todos están tocando sus canciones”, explicó sobre el músico uruguayo cuyos temas serán interpretados hoy. “Para definirlo rápidamente es Spinetta más bossa nova”, pensó, pero hoy harán su parte más “entre psicodelia y funk”.
Si Paulo se anima a presentar este repertorio es porque para él es “importante abrir la cabeza”. Al hacer obras de Pena, en tanto, dijo que vale para “mostrar a la gente a otro cantautor y preguntarnos también dónde están nuestras canciones ¿Por qué no tenemos un Spinetta, una Violeta Parra? Podríamos buscar en esa dirección más sutil, menos nacionalista, menos fácil”, señaló.
En ese sentido, expresó que en Paraguay “hay más dificultades” para desarrollarse como músico, ya sea porque “el mercado es más chico, no hay apoyo estatal a nada, no hay un sistema de transporte adecuado como para que los músicos vayan a ensayar, y hay mucho conservadurismo, mucho nacionalismo presente en la música”, enfatizó.
Al respecto de la última afirmación, consideró que “es mucho más fácil para los músicos conseguir financiamiento si en su música se dice algo de Paraguay”, pero que la gente no se da cuenta que “lo más productivo” es innovar.
Así, Paulo Correa se apresta a culminar sus estudios y ya tiene planes de grabar un disco. Mientras tanto, está también integrando un grupo llamado Barakah, formado en Austria por miembros de diferentes países, y con el que viajarán a tocar en Marruecos en febrero próximo.
