En los minutos que dura un semáforo en rojo, Eli Marín y Karim Cohener resumen con un toque de clown el clásico de Shakespeare, “Hamlet”. El texto y la idea de llevar esto a los semáforos surgió del actor y director teatral Miguel Escoz.
“El Gobierno propuso que los teatreros hagamos autoteatro, cosa que no vemos viable porque no se aclaró cómo hacerlo. Apenas tenemos plata para la comida, estamos resistiendo y subsistiendo como podemos”, señaló Escoz, con relación a esta iniciativa que llegará a los semáforos desde la próxima semana.
“La idea es que el público vea teatro, están viendo un clásico, pero al estilo de los juglares de la edad media, en tono de comedia, poniéndole humor a la narrativa”, detalló.
Los actores contarán con megáfonos y se colocarán en el semáforo de Colón y la Avda. Ygatimí durante una hora, dos veces a la semana. Escoz también invitó a otros actores que se sumen a esta iniciativa, que tiene un trasfondo de protesta. “Apelamos a la sensibilidad del gobierno y es un puntapié para que los demás compañeros se animen a hacer autoteatro en los semáforos y que presenten diferentes disciplinas: puede ser danza, música; pueden ser muchas variantes artísticas y no solo lo que se suele ver en el semáforo que son los malabares”, manifestó.
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Marín señaló que esta es la primera vez que tiene la oportunidad de ejercer esta profesión en un semáforo, pero le parece algo muy ingenioso. “Es una forma de animarnos a no protestar solo en las redes sociales, sino protestar con lo que sabemos, que es actuar”, manifestó.
Por su parte, Cohener espera con este autoteatro poder llegar al público que no está habituado a concurrir a las salas. “Es una experiencia para acercarnos al público. Hay gente que no tiene los recursos para poder ir al teatro, así que nosotros les llevamos el teatro hacia ellos para que puedan disfrutar realmente cómo se debe”, acotó.
Por su parte, el actor y director teatral José Luis Ardissone también cuestionó el anuncio del Gobierno. “Nosotros no entendemos lo que es el autoteatro. Para nosotros, esto es un absurdo total”, expresó en comunicación con ABC.
“Yo no concibo eso. No puedo imaginarme una explanada enorme, una cancha de fútbol llena de automóviles y allá en un escenario actores actuando. Me parece un disparate total si es que a eso se refiere, remarcó el fundador del Arlequín Teatro. Agregó que “el teatro sin público no existe”.
