Algunos han criticado que haya partido la historia en tres filmes, otros no. Nos sumamos a este segundo grupo. Si bien el filme es largo, tiene sus momentos atrapantes, como el escape de los enanos del palacio de un rey elfo, a través de la corriente de un arroyo, y el propio encuentro de Bilbo Bolsón con el dragón Smaug. Dos momentos completamente diferentes, pero intensos. El primero es una persecución divertidamente coreografiada y filmada, muy similar al escape de los expedicionarios de la estampida de dinosaurios en “King Kong” (2005). El segundo expresa, justamente, lo que dice el título: la desolación de Smaug, su ambición, y la genialidad y picardía de Bilbo Bolsón para engañarlo y escapar con vida.
Una historia interesante sobre la codicia, el compañerismo, la confianza y la nobleza. Al final, dan ganas de ir a la librería y comprar el libro para ver como sigue la historia. Cuesta esperar un año para la tercera película.
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