Paisajes sonoros para encontrarse a uno mismo

El sello Plus Timbre, con base en Grecia, conoció el trabajo experimental del dúo integrado por la paraguaya Camila Dos Santos y el argentino Zigo Rayopineal, y decidió lanzarlo como disco. El álbum se denomina “Yvykua Ipúva”.

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“Hicimos varias sesiones de grabaciones bien caseras, como exploraciones que fuimos grabando”, empezó contando Camila, una cellista paraguaya que se encuentra en Argentina, donde desarrolla su carrera musical. Gracias a la música que hace a dúo con el argentino Zigo, quien mandó su material a un sello internacional, tienen el disco “Yvykua Ipúva”.

El trabajo fue realizado sobre la base de grabaciones de campo tomadas en Paraguay, síntesis de sonidos electrónicos y analógicos y digitales de Zigo, y las improvisaciones y composiciones para cello expandido, interpretadas por Camila. Esto dio origen a cinco movimientos musicales que quedaron plasmados en el disco.

El disco se puede escuchar en línea en el sitio www.plustimbre.com y se encuentra en un enlace de libre descarga en la web Bandcamp. “El sello funciona en internet y tiene mucha distribución en todo lo que es España, Berlín y Londres. Chris Silver, el dueño, nos avisó hace unos días que el disco ya tuvo 200 descargas de gente de todo el mundo”, destacó la músico.

Lo interesante del proceso de grabación de estos temas, resaltó Camila, es que lo grabaron en su casa de Buenos Aires, sobre la avenida Córdoba. Entre el barullo de la calle y su gato Charlie Parker, contó entre risas la artista, se juntaron a tocar. “Con dos auriculares, la consola, fue algo simple, solo dos micrófonos para el cello y la manipulación en tiempo real que iba haciendo Zigo con una ‘loopera’. Fue muy simple, no tiene nada de edición, ni posproducción”, aseguró.

Paisajes sonoros

“Con Zigo lo que siempre hacemos son paisajes sonoros, a veces determinamos un recorrido que queremos hacer y decimos: ‘Bueno, vamos a trabajar con cuatro elementos, tratemos de que dure más o menos este tiempo’. A veces son directamente improvisaciones libres, como: ‘Empezá y yo te sigo’. Es una cuestión bastante lúdica y tiene algo de mántrico también al mismo tiempo”, explicó Camila acerca de su proceso y su música.

La cellista se conoció con su par argentino en 2015, y en 2016 cursaron juntos un posgrado en música expandida, en la Universidad de San Martín, de Argentina. “Cada uno viene con su bagaje. A mí me pasa que últimamente vengo tocando mucho tango y me convertí en una cellista de tango en Buenos Aires, no pensé terminar así porque siempre tuve una formación muy clásica. Después de haber hecho la licenciatura en música de cámara y de haber hecho el posgrado, me fui metiendo más en música de cámara y popular”, indicó.

El camino musical que trazaron con Zigo se fue dando en la práctica. “Zigo viene trabajando desde los 80 con música electrónica, industrial. Se formó con Pauline Oliveros y Murray Schafer en todo lo que tiene que ver con la escucha profunda y paisajes sonoros, entonces vos estás con Zigo y ves que él tiene una grabadora encima y va captando paisajes, hace grabaciones de campo todo el tiempo. Después lo que nosotros hacemos son improvisaciones libres”, detalló.

Justamente el año pasado Camila y Zigo, junto a otro argentino, Agustín Genoud, presentaron aquí “Río: derivadas de la escucha”, un proyecto de experimentación sonora basado en las grabaciones que realizó el antropólogo Mito Sequera en comunidades indígenas de Canindeyú.

“Yvykua Ypúva tiene que ver con lo que nosotros tocamos en ‘Río’. Ahí nos metimos un montón en el tema aborigen guaraní, de Paraguay en general, no solo guaranítico. Al escuchar el disco oirán que tiene mucho de música descriptiva, como si estuvieses escuchando una banda de sonido, te lleva todo el tiempo a imágenes, a cuestiones visuales. Es lo que nos quedó desde ese trabajo con los materiales de Mito, la manera de conectarnos con el interior de cada uno, la identidad”.

Para Camila “el gran triunfo de la comunicación no verbal” es que la gente haga suya su música. “Que puedas interpretar algo distinto y que sea tuyo, desprovisto de cualquier herramienta fuera de la percepción, es algo gigante”, reflexionó siendo alguien que empezó sus estudios en lo clásico pero se volcó a lo experimental.

“Es necesario lo clásico, estoy segura de que por esa formación clásica tengo mucho más herramientas para poder moverme dentro de lo que es la experimentación y la improvisación, lo que no está bueno es cuando te limitás. Yo con estas cuestiones de música popular, expandida y usar la tecnología, me encontré con un mundo de expresiones donde ya no pasa por si está bien o está mal, sino cuál es el criterio estético por el cual vos te querés manejar. O ¿llegó o no llegó? ¿Emocionó o no emocionó? ¿Se entendió algo o no quedó nada?”, concluyó.

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