Veinte mil soldados contra 3.500 niños

Este artículo tiene 12 años de antigüedad
/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2398

Las fuerzas aliadas, compuestas por 20.000 hombres, necesitaron casi doce horas para batir a los 4.500 paraguayos, casi todos niños, en la masacre de Acosta Ñu. Los pormenores de aquel holocausto infantil está narrado por Andrés Colmán Gutiérrez, en el libro de su autoría que aparece hoy con el ejemplar de nuestro diario.

“Acosta Ñu” es el decimocuarto volumen de la Colección “A 150 años de la Guerra Grande”.

–¿Cuánto duró aquella batalla?

–Hay versiones distintas, pero todas coinciden en que el momento más fuerte de la batalla se consumó en un periodo de 6 a 8 horas.

–Pero en total duró más...

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

–El primer ataque contra la retaguardia, que lideraba el coronel Ángel Moreno, se produjo cerca de las ocho de la mañana, y hubo un último batallón que combatió hasta ser exterminado, poco después del crepúsculo. Hubo combates durante unas 12 horas.

–¿Una vez derrotado el ejército paraguayo, qué ocurrió?

–En Acosta Ñu hubo un exterminio casi total. Hay relatos muy terribles acerca de cómo el conde D’Eu hizo incendiar parte del campo, y muchos heridos murieron calcinados, entre gritos de dolor.

–¿Cuántos paraguayos murieron ahí?

–Según los datos más aproximados, en Acosta Ñu combatieron 4.500 paraguayos, de los cuales 3.500 eran niños, contra un ejército aliado de 20.000 hombres. En las filas paraguayas se produjeron más de 2.000 muertos, y 1.200 combatientes fueron tomados prisioneros. Del lado brasileño solo se reportaron oficialmente 46 muertos y 259 heridos, lo cual revela la tremenda desigualdad de la lucha.

–¿Y qué pasó con López?

–López, con el resto de su ejército, pudo llegar hasta Caraguatay, donde estableció una nueva capital, y erigió su campamento en Gasory. Desde allí seguiría replegándose hacia San Estanislao, en esa última larga marcha de espectros que iba a concluir en el último trágico acto de Cerro Corá.

–¿Qué papel cumplió aquel ejército de niños?

–El plan de López era mantener mínimamente la institucionalidad del territorio no ocupado, buscando dar la imagen de que aún gobernaba el Paraguay, frente a otro gobierno que los aliados instalaron en Asunción, un día antes de Acosta Ñu.

–Y utilizó a niños…

–Cuando cayó Piribebuy, López abandonó Azcurra y se retiró hacia el Norte. En esa huida, necesitaba un ejército que le cubriera las espaldas, aunque ese ejército tuviera que ser aniquilado. Como los niños y los ancianos eran los más descartables, los ubicó en la retaguardia, bajo el mando del general Caballero, y los sacrificó sin misericordia. Eso le permitió ganar tiempo, para seguir su marcha hasta llegar a Cerro Corá.

–¿Cuál era el objetivo de los aliados en la Campaña de las Cordilleras?

–Tras la gran derrota del ejército paraguayo en Itá Ybaté y Lomas Valentinas, en diciembre de 1868, y la ocupación de Asunción y luego de Luque, el comandante brasileño, Duque de Caxias, llegó a sostener que la guerra estaba terminada.

–Pero no era tan así...

–López había logrado huir y refugiarse en Pirayú y Azcurra, la región de las Cordilleras, donde tuvo tiempo de reorganizar su ejército, estableciendo una tercera capital en Piribebuy. Caxias fue apartado del mando aliado y lo reemplazó el yerno del emperador, el tristemente célebre conde D’Eu, quien se impuso capturar a López al precio que fuese. Así, se convirtió en criminal de guerra.