El incidente tuvo lugar poco antes del minuto 60 de partido. Luego de una acción en el costado izquierdo del campo, Balotelli tomó el balón con las manos y lo lanzó violentamente en dirección a los aficionados veroneses.
Furioso, se llevó un dedo a las orejas, indicando que había escuchado algo, y a continuación se dirigió a los límites del terreno de juego y comenzó a caminar detrás de la portería veronesa, como si quisiera abandonar el partido.
El jugador fue rodeado por sus compañeros y también por muchos de los jugadores del Hellas Verona, que intentaron calmarle y le abrazaron. El partido estuvo interrumpido unos minutos antes de que el ‘speaker’ del estadio dijera por megafonía que los jugadores se marcharían a vestuarios en caso de otro incidente del mismo tipo.
Ese mensaje fue silbado por una gran parte de los espectadores que no están a favor de la discriminación, pero el partido se reanudó, con Balotelli sobre el césped. El fenómeno de los gritos de mono es recurrente en los estadios italianos. (EFE).
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