La desafiliación de los Tiburones Rojos fue aprobada el pasado jueves por violar diversos estatutos de la Federación Mexicana y de su liga de fútbol.
Durante el último torneo Apertura, la falta de liquidez del propietario Fidel Kuri derivó en que el club no cumpliera con sus pagos, lo que estuvo cerca de provocar un paro de la liga por parte de la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales.
La federación tuvo que hacer uso de un fondo de emergencia para cubrir parte de las deudas, mientras que el club se estabilizaba para pagar sus saldos vencidos, algo que no ocurrió. Existen varios interesados en la franquicia.