En el 4x4 de la marca japonesa, Alonso tendrá a su disposición un vehículo con una ingeniería casi igual de sofisticada que los monoplazas de la F1, producto de una inversión millonaria para desarrollar el mejor coche de su especie en los rallys fuera de pista, donde el Dakar es la prueba reina.
Se trata de un prototipo, con un chasis que guarda la apariencia de uno los millones de Hilux que Toyota comercializa en todo el mundo cada año, pero cuyo interior, prestaciones, equipamiento y medidas son completamente distintos.
Para empezar, su chasis es tubular, con una estructura compuesta por un conjunto de tubos de fibra de carbono unidos entre ellos para proteger a la tripulación de la cabina en caso de accidentes y vuelcos, algo muy común en el Dakar.
Motor de 390 caballos bajo los asientos
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Otra gran diferencia es que el motor no está en la parte delantera sino en el medio, debajo de los asientos del piloto y copiloto, y justo detrás de las ruedas delanteras, lo que permite mejorar el reparto de pesos y lo hace más estable y fácil de conducir para este portento de 1.850 kilos de peso. El motor es un V8 atmosférico de gasolina, con 287 kilovatios de potencia (390 caballos de vapor) y una cilindrada de 5 litros para impulsar el auto, que mide 4,8 metros de largo y 2 metros de ancho.
El punto débil de esta máquina en anteriores años fue los tramos a gran altitud, como los transcurridos en el altiplano de Bolivia, donde perdía potencia respecto a sus competidores, pero este año no se espera que ocurra lo mismo, pues la altitud máxima que tendrá la carrera será de 1.400 metros sobre el nivel del mar.
Suspensiones independientes
En el Dakar la velocidad punta y la aceleración no son tan importantes como en la Fórmula 1 porque lo decisivo es la capacidad del coche para soportar todos los embates de los diferentes terrenos sobre los que rueda.
Para ello tiene sistemas de suspensión independientes tanto para su eje delantero como para el trasero, con un recorrido máximo por normativa de 280 milímetros, mientras para los buggys no hay límite, y en el caso de los Mini, su principal rival, la suspensión puede llegar hasta 400 milímetros.
Ocho años de evolución
El Hilux ha sido desarrollado por la división sudafricana del equipo Toyota Gazoo Racing, con el que Fernando Alonso conquistó este año el mundial de resistencia. Su estructura está especializada en los rallys fuera de pista y desde el 2012 corre el Dakar.
El encargado de evolucionar el Hilux en estos años ha sido el piloto sudafricano Giniel De Villiers, campeón del Dakar en 2009, cuya experiencia acumulada permitió introducir al auto todo tipo de mejoras hasta hacerlo la máquina ganadora que es ahora. Gracias a ese trabajo de largo plazo, Toyota pudo al fin ganar el Dakar el año pasado, con el catarí Nasser Al Attiyah al volante, que dio el primer triunfo a Toyota en la historia del Dakar. Ahora toda la tecnología e ingeniería de su coche estará también al servicio del talento de Alonso. (EFE)
