“Solo hice Sub 15 de Inferiores en el Independiente de Campo Grande, porque estudié técnico industrial en electrónica en el Colegio Técnico de Luque”, expresó el actual capitán del “Águila”, nacido el 6 de febrero de 1987.
Acudió al “Nido”, pero con otros objetivos. “Fui a General Díaz solo a buscar trabajo y me dijeron que juegue fútbol porque mi papá (Julio Javier) fue futbolista”.
Una sabia decisión. “Cuando terminé el colegio decidí estudiar contabilidad porque tenía más facilidad con los números. Me recibí en la UTCD y desde hace unos años ejerzo mi profesión en mis tiempos libres”.
Consejos. “Mis padres siempre me dijeron que el fútbol no era seguro porque te podés lesionar o no te pueden tener en cuenta y son momentos muy difíciles de superar. Y fue decisión mía seguir mis estudios”.
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Tardó en llegar. “En Intermedia debuté a los 22 años y en Primera División a los 26”, ya cuando su carrera estaba terminada.
La familia. “Mi esposa es Teresa Acosta y mi hija de cuatro años que se llama Daniella. Mis padres son Julio Javier y Liliana Mabel, mis hermanos José Luis, Julio Sebastián, Analía y Viviana”.
El fútbol. “Me dio muchas cosas, no me puedo quejar, más aún General Díaz, que es mi casa”.
Un mensaje para los jóvenes. “Todo se puede. Es mentira que no podés jugar y estudiar. Se puede hacer las dos cosas. Que hay perseverar, porque la oportunidad llega y hay que saber aprovecharla”.
Sus progenitores. “Gracias a ellos soy lo que soy... Siempre tuvimos los mejores consejos por más que nunca nos faltó nada, nos inculcaron que en algún momentos nos puede faltar y que en ese momento uno tiene que estar preparado y unidos siempre”.
