Estanislao Struway Samaniego o simplemente “Taní” (51 años), recordado por sus simpáticas anécdotas en su etapa de futbolista, el exvolante accedió a una entrevista exclusiva con nuestro diario. Lo encontramos trabajando en su Ferretería “Tres Hermanos” de la ciudad de Itá en las inmediaciones de la Liga Iteña de Fútbol, y con la sonrisa de oreja a oreja que lo caracteriza saluda amablemente en el dulce idioma guaraní: “mba’e la porte, che ra’arõmína sapy’aite ikatúramo”, dice mientras atiende a algunas personas en su local. Al rato, entre risas le pide a una clienta “posá para la foto señora, porque vamos a salir en el diario ABC color”.
Alejado de las canchas, “Taní” inicia su día bien temprano, se levanta a las 04:30, realiza ejercicios en un pequeño gimnasio dentro de su domicilio, luego prepara su mate y va a la Ferretería, a las 06:30, en el lugar trabajan sus hermanos, sobrinos, hijos y hasta su esposa. Consultado sobre el nombre del local, dijo: “Coloqué el nombre de “Tres Hermanos” por mis tres hijos”. Al mediodía va a almorzar a su casa y por la tarde se traslada a “Campo Ña Alta”, nombre en homenaje a su querida madre que se llamaba Alta Gracia. “Este es mi otro lugar de trabajo, me gusta venir acá todos los días, me dedico a la ganadería”, añadió.
El exmundialista el año pasado dirigió al club San Rafael de Itauguá Guasu de la Liga Itaugüeña de Fútbol, llegó hasta semifinales y luego se alejó porque surgieron algunos inconvenientes en las instancias finales.
La familia de Struway está compuesta por Ruth Mirela y William David (mellizos), “este el año pasado jugó en el 12 de Octubre de Itauguá la Copa Paraguay y otros partidos, ahora está en Olimpia de Itá” y Camila Jazmín (hijos), Carmen Cantero de Struway (esposa) y Emma Paulina, única nieta que tiene un año y cuatro meses por quien Taní “está loco de amor”.
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Oriundo de Itá, se inició en la Escuela de fútbol de Sportivo Iteño a los ocho años “con los profesores Juancito Bernal, Rafael Crichigno y el señor Mendoza”, recuerda. Su primer fichaje fue en el club Quinta Alegre de la ciudad del cántaro y la miel, “jugaba de “10” talentoso”, declaró entre risas (…), volvió al Alfarero y el club lo aseguró adquiriendo su ficha. En 1984 Saturnino Arrúa lo lleva al Ciclón de barrio Obrero con su primo Eugenio Samaniego para jugar en la categoría cadetes, “gracias a Dios en 1988 ya estaba jugando en Primera y ese año nos consagramos campeones”, recordó.
Consultado si le costó llegar a Primera, respondió: “Sí, llegar a Primera no es para cualquiera ya que requiere de mucho sacrificio, a mí me costó muchísimo porque nosotros éramos de una familia muy humilde, pero gracias a la ayuda de mis familiares, especialmente de mi mamá y papá que hoy ya están en el cielo, hoy soy lo que soy gracias a ellos”.
Sobre su mejor momento como futbolista, dijo: “Sinceramente siempre jugué en todos los equipos que estuve, me fue bien en todos. También en la selección a la que le di lo mejor de mí 12 años de manera consecutiva, y gracias a Dios conseguí todos mis objetivos, disputé una Copa del Mundo y creo que hice mérito suficiente para estar ahí”.
Respecto a su mala etapa apuntó: “Mi peor momento en el fútbol fue cuando el señor Paulo César Carpegiani no me llevó al Mundial de Francia 98, ya que de los 16 partidos de las eliminatorias jugué 15 y uno no lo hice por acumulación de tarjetas amarillas. No sé cuál fue el motivo por el cual él no me llevó y fue lo peor que me pasó”.
En referencia a la Copa del Mundo que disputó en el 2002, señaló: “Jugar un mundial no es para cualquiera, uno tiene que hacer méritos suficientes para estar ahí, no es fácil, pero gracias a Dios a mí me tocó la oportunidad de jugar en el de Corea-Japón”.
Struway contó que el técnico que más le marcó en su carrera futbolística “fue Saturnino Arrúa porque me llevó a Cerro Porteño, y cuando estuvo en el 86 como entrenador de la Primera me promovió a esa categoría, por esa razón estaré eternamente agradecido con el profesor Arrúa”. Pero tampoco se olvida de que Valdir Espinosa y Sergio Markarián también marcaron cosas importantes en su carrera “sentí mucho la perdida de Valdir, él y Markarián fueron otros que también me ayudaron mucho en mi carrera como jugador”.
Querido por la mayoría
Taní asegura que nunca tuvo problemas con ningún compañero, y por eso es muy querido por la mayoría: “Siempre me he llevado bien con la mayoría de los jugadores, nunca me pelee con nadie tal es así que soy muy apreciado y muy querido por la mayoría. No digo completo porque seguramente a algunos no le caigo bien, pero eso es normal”.
El oriundo de la ciudad de Itá también vistió la camiseta de Libertad, con el que ganó varios títulos: “En Libertad me fue bastante bien gracias a Dios en dos años salimos cinco veces campeones, desde que llegué al club siempre fui capitán y tengo un grato recuerdo de esa institución porque la gente liberteña siempre me ha tratado bastante bien, encabezado por el presidente Horacio Catres”.
A un paso de Olimpia
Estanislao es cerrista, con el club consiguió una buena cantidad de títulos, aunque cuenta que Olimpia estuvo por contratarlo, pero… “Cuando volví de Brasil (jugó en Coritiba), ya para el 2000 me había llamado la gente de Olimpia, lo cual si acordábamos me iba a ir porque era profesional, y en ese momento estaba libre, pero no llegamos a un acuerdo económico y por esa razón no jugué ahí”.
