González agregó: “Cumplimos con él, le dimos el dinero y se fue contento. En Perú estaba un entrenador argentino de apellido Barchini, quien se enamoró del equipo. Se ofreció para ser técnico de Libertad y le trajimos. Ahí se lució él, al venir el gran equipo de River Plate de la Argentina en una gira de tres meses. Venía invicto a Paraguay, con grandes luminarias del fútbol como Di Stéfano, Loustau, De la Matta, entre otros a jugar con nosotros. Ese día era cumpleaños de un tío mío y estábamos todos ahí. De ahí nos hizo buscar la directiva de Libertad para ir a la cancha. No había más entradas, la gente subía sobre los techos de las casas. Alrededor, había sillas. Entramos a equiparnos en silencio. Se dio cuenta el entrenador argentino y nos hizo parar. Nos dijo, miren, están nerviosos y no tienen por qué tener miedo. Ellos son igual que ustedes, tienen los huevos igual que ustedes. Y eso nos animó y entramos a jugar. Ganamos 5-1, marqué el primer y segundo. El tercero, Chimo Rolón y el quinto Rogelio Bedoya. El gol de River metió uruguayo, Walter Gómez. Estuvieron presentes Stroessner y Juan Domingo Perón, porque había una copa con el nombre del presidente argentino”.
En el 57 Tenía la opción de ir a Boca Juniors. Pero Eulogio Martínez ya estaba en Barcelona. Ya en el 55 vino a Boca a buscarme. Se enteró Kokito (Martínez) y con la directiva del Barcelona hicieron posible mi ida, cuando tenía que viajar para Boca. Me ofrecieron el doble de dinero”.
“Lo único que te pedimos es que te cases”, le dijeron en Barcelona, porque preferían jugadores casados. “Yo tenía 22 años, ya tenía mi novia, me casé y viajé. Había una gira por Sudamérica. Subí a otro avión y fuimos a Caracas a un cuadrangular. Jugué contra Pelé y Garrincha, que estaban en Santos. Jugaban Barcelona, Nacional de Montevideo, Santos y la selección venezolana. Salimos campeones”.