La crónica de los hechos decía: “Qué difícil es saber perder! La reflexión viene al caso porque con verdadera sorpresa nos enteramos ayer de una presentación hecha por la delegación futbolística del Botafogo al vicepresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, doctor Nicolás Leoz. En efecto, los botafoguenses piden nada menos que la anulación del partido que el jueves último ganara el campeón paraguayo Cerro Porteño.
Sigue el artículo de aquel sábado 28 de abril: La excusa de los brasileños es bastante infantil. Habla de que “el estadio de la Liga Paraguaya de Fútbol no reune las condiciones necesarias para que un partido se desarrolle normalmente”.
Además acusan al árbitro del encuentro Cerro-Botafogo Armando Peña Rocha de “incapaz o deshonesto”.
Los directivos de Botafogo en su nota reclamación presentada al doctor Nicolás Leoz se quejan de los miembros de las fuerzas policiales. Consideran que éstos habían maltratado a algunos jugadores brasileños, fundamentalmente a Jairzinho cuando el juez uruguayo ordenó su expulsión por reiterados actos de indisciplina.
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El doctor Leoz, veedor de la Confederación Sudamericana de Fútbol “ nos señaló que estaba confeccionando su informe para enviar al Comité Ejecutivo: “Tengan plena seguridad –nos dijo– que ese informe, será veraz y objetivo y estará encuadrado dentro de la más absoluta imparcialidad”. El pedido de los brasileños no tuvo eco y el Ciclón quedó en la historia.