El Transchaco Rally, en las décadas de los 80 y 90, “adquiría” nuevos ídolos en materia de pilotos y marcas de autos, quedando atrás varios de los protagonistas que arrancaban esta aventura en los 70, de una manera más artesanal y con menos tecnología e infraestructura.
Empezaban a aparecer los grandes equipos, con auxilios terrestres y aéreos, así como una mayor complejidad en la preparación de los autos, con el objetivo de encarar con mayor eficacia los inconvenientes propios que presentaba el Chaco en cada carrera.
Tras los años de gloria de los Peugeot, 404 y 504, El VW Escarabajo, los Toyota 1.000 y Corolla, comenzaron a aparecer las nuevas máquinas para desafiar al suelo chaqueño, como los Célica GT, el Ford Escort Cosworth y los VW Gol y Golf. Con estos cambios de autos, también surgieron nuevas figuras en lo más alto del podio, entre ellos Héctor Riso (cambiando a Ford), Marco Galanti (Ford), Alfredo Luis Jaeggli (Datsun 160J), Gerardo Planás (Célica), Bubby Luthold (Peugeot 505), Nelson Sanabria (VW Gol), Orlando Penner (VW Gol), Édgar Molas (Célica), Pedro Fadul (Golf), Denes Tómboly (Golf), Marco Galanti (h) (Célica), José Carlos Grillón (Célica) y Martín María Masi (Ford Escort).
En esos años, las firmas representantes de marcas de autos en nuestro país comenzaban a involucrase de manera más efectiva en la preparación y apoyo a sus pilotos y equipos, para ir ganando en infraestructura y competitividad, por lo menos entre varios equipos, ya que aún estaban los que trabajaban todo el año para poder cumplir el sueño de correr el Transchaco Rally.
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A principios de los ‘80, Ford, Toyota, Datsun y Peugeot registraban sus últimas victorias en la Región Occidental, para permitir luego el ingreso con gran fuerza de la marca alemana Volkswagen, que desde el 88 y hasta el 95, ejerció un dominio casi absoluto del rally chaqueño, dejando escapar apenas en dos ocasiones (90 y 91) el triunfo, que fue a parar a las carpas de Toyota.
Luego retornaría la hegemonía de la marca japonesa hasta casi finales de los 90, donde hace su aparición nuevamente Ford, de la mano de uno de los grandes ídolos de este deporte, Martín María Masi. En esta época, el rally ya contaba con aviones antena y de auxilios, así como helicópteros y camionetas distribuidas en todo el territorio chaqueño para brindar asistencia a los integrantes de sus equipos, mientras que en otro frente se mantenía la carrera a “puro pulmón”, con tripulaciones que cumplían el sueño de correr del Transchaco Rally, con apoyo de amigos y una preparación aún más casera.
Hasta el año 2000 y con 27 ediciones disputadas, el Transchaco Rally ya acumulaba en sus páginas una riquísima historia cargada de anécdotas, cambios, evoluciones, aunque el espíritu de aventura seguía tan vigente como en esa primera edición en setiembre de 1971. Si bien, los autos, las tripulaciones y los equipos contaban con más experiencia, el Chaco continuaba con su “tradición de elegir a sus ganadores”.
* Próxima nota: La aparición de los Mitsubishi y los WRC, así como la era moderna de la carrera.
