El gran ausente, al que nadie extraña...

Terrible ausencia, los que vivimos los mundiales modernos seguimos buscando a Alemania en los emparejamientos, algún desprevenido dirá que hay un error en las llaves, que está Japón y no Alemania, un gran ausente al que nadie extrañará, porque los teutones son el rival al que nadie quiere enfrentar en un mano a mano, de esos que marcan la supervivencia o el retorno a casa. Pregúntenle a Argentina, víctima de los germanos en los últimos tres mundiales, o a Brasil, que, gracias a Corea, sepultó el oprobioso 1-7 de Belo Horizonte.

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O a Francia, que entre el 82 y el 86, con el mejor Platini, sufrió a los que nunca se dan por vencido, o a los ingleses, eternos eliminados en Copas europeas y mundiales por los que imprevistamente tomaron el avión de regreso.

Quizás España, que supo tomarle la mano en las Euros y Sudáfrica 2010, haya permanecido indiferente a la eliminación de los de Löw, mientras el resto respiró con mucho alivio.

Francia es más que Argentina en todas sus líneas, y ni hablar en la organización, pero... no tiene a Messi, ni el amor propio que demostraron los albicelestes en medio del caos para reponerse a lo que fue una cuasi eliminación a manos de Croacia. Históricamente, los argentinos supieron manejarse en medio de la crisis, y una prensa tan fatalista como artera, que parece explayarse mejor en los fracasos que en los triunfos, por lo que el primer choque de estos octavos pinta parejo: los de Sampaoli, perdón, los de Messi, de repetir el primer tiempo frente a Nigeria, tienen chances, ante un equipo galo lleno de figuras pero con poco sustento colectivo hasta ahora.

Cristiano va contra Uruguay, sí, tal cual: el mejor jugador del año, hasta ahora, deberá hacer el partido perfecto ante una selección que se recuesta en la solidez de Godín y Giménez y en la dupla de animales del gol compuesta por Suárez y Cavani. Los charrúas no tienen un medio tan consistente como en otros tiempos. Pero CR7 lució bastante solitario en la primera fase, compositor e intérprete de los mejores momentos de Portugal.

Hierro es un problema para España: a las claras se notó su falta de jerarquía para conducir un gran plantel; aun así, los Ramos y compañía aparecen como favoritos a despachar al dueño de casa, que tras el ímpetu inicial sufrió un baño de realidad ante Uruguay.

Croacia mira a los cuartos: en Dinamarca ya no están los Laudrup, los Olsen ni Larssen, por lo que los cuadriculados no tendrían que atravesar por mayores inconvenientes; simplemente, son mucho más equipo.

Brasil tropezó contra Suiza, pero dio la impresión de que siempre jugó sabiendo que los octavos eran un capítulo resuelto. A Neymar se le notó la inactividad: un segundo más lento que de costumbre para el mano a mano; pero está Coutinho, de gran primera ronda, y está Gabriel, y están Casemiro, Paulinho y Marcelo, y... una gran riqueza individual, candidato de fierro ante un México que pisó fuerte pero terminó embargado en las dudas de siempre tras el 0- 3 ante Suecia.

Bélgica cautiva, es el equipo de muchos, aquellos encandilados por la riqueza de un plantel que brilla en el primer mundo del fútbol, con grandes recursos, pero una primera fase muy ligth: hasta ahora nadie le saltó a la yugular; todo fue muy cómodo, no tuvo enfrente al oficio uruguayo, la desesperación argentina o la jerarquía brasileña. Seguro pasarán a Japón, pero a partir de ahí veremos de qué están hechos.

Inglaterra eligió perder ante los belgas para enfrentar a Colombia y evitar la llave de la muerte. El Huracán Kane no tendrá tantas facilidades ante Mina y los Sánchez como las tuvo ante Panamá y Túnez. Inglaterra es más, pero cuando Colombia te enreda, cuidado con Cuadrado, Quinteros, James y Quinteros. Encima, Ospina volvió a ser aquel atajador que todos conocimos, y Mina maneja a su antojo el juego aéreo ofensivo. Ojo, ingleses, que los de Pékerman juegan en serio, y solo los tienen en común con Panamá algunas costumbres de vida en el día a día.

Suiza y Suecia agradecen la oportunidad de enfrentarse entre sí; saber que uno de los dos estará entre los ocho mejores ya es un logro para sus ambiciones.

No está Alemania, el gran ausente al que nadie extraña, porque todos –o casi todos– le tenían desde respeto a temor. Una llave tiene grandes candidatos; la otra, participantes circunstanciales. Un mundial muy loco, en el que Corea eliminado les dijo chau a los campeones del mundo, en el que el VAR no elimina las polémicas, en el que España se quedó sin técnico a dos días del debut, en el que Argentina se quedó sin DT en plena competencia, en el que Italia... ¡Ah, cierto! No está.

Putin sentado impertérrito al lado de los líderes mundiales, Maradona, hombre FIFA, transgrediendo todo lo establecido, Senegal eliminado por las tarjetas y... repetimos: Alemania fuera de los octavos. La próxima, como decía un amigo, cuéntenme una de Pelé.

federico.arias@abc.com.py

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