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Cerro Porteño es cosa rara. El equipo paralelo dio una demostración de cómo hay que encarar un partido; con ganas, o sea, imponiendo actitud, cuando el juego venía mal, como al comienzo del segundo tiempo.
Este conjunto formado a los apurones por el técnico Fernando Jubero disimuló muy bien su falta de entendimiento, jugando en sociedad en varios sectores del campo de juego.
Capiatá marcó el primero por intermedio de Santiago Salcedo, cuando transcurrían solo 10 minutos. Sin embargo, el contraste no hizo mella en el ánimo azulgrana; por el contrario, fue una motivación para que tomase las riendas del encuentro y avance hacia Joel Silva buscando dar vuelta el encuentro.
El empate del Ciclón llegó a los 22’ por medio de Ñamandú y el segundo sobre los 34’ aprovechando Churín su gran físico para cabecear y anotar.
En el comienzo de la complementaria y con el ingreso del “Loco” Pérez, Capiatá reforzó en ofensiva y el panorama no era el mejor para los cerristas.
No obstante con dos goles de “Conejo” Benítez y teniendo ráfagas de buen fútbol e imponiendo mucha personalidad, Cerro capeó el mal momento y se encaminó rumbo a la victoria. Hubo otro gol capiateño por intermedio de Noguera, para el 4-2 final.
Las cosas raras de Cerro, porque el conjunto paralelo tuvo que brindar el ejemplo de cómo hay que jugar un encuentro, poniendo algo que le faltó al equipo en toda la temporada: predisposición para jugar.
lirala@abc.com.py