El titular de la cartera fiscal informó ayer a la sociedad civil sobre el avance de la Ley de Emergencia que hasta el momento ha desembolsado US$ 630 millones de los US$ 1.600 millones que contempla dicha normativa. Esto mencionó en su exposición sobre la evaluación de la cuarentena, que se realizó en el BCP, donde además participaron el vicepresidente de la República Hugo Velázquez, los ministros de Salud, Julio Mazzoleni; de Industria, Liz Cramer; y de Trabajo, Carla Bacigalupo.
Aunque todavía hay un margen de casi US$ 1.000 millones, López explicó que estos recursos están atados exclusivamente a los programas que establece la citada ley de Emergencia y no podrían utilizarse eventualmente para el plan de reactivación. Con el fondo de emergencia se cubrieron los programas de asistencias sociales para grupos vulnerables (casi 2.000.000 de asistidos), insumos médicos, y otros gastos corrientes, así como el fortalecimiento de algunos programas crediticios para las Mipymes.
El ministro López indicó que el plan de reactivación que está en proceso de elaboración y análisis por parte del Equipo Económico Nacional contempla una inversión de US$ 2.500 millones, y que se está viendo la manera de financiarlo a través de reprogramaciones de créditos ya autorizados por parte de organismos multilaterales. Estas reprogramaciones sumarían alrededor de US$ 2.000 millones.
“En principio el plan es utilizar estas líneas ya disponibles y no recurrir a endeudamientos adicionales, aunque no estoy seguro de eso”, indicó el ministro.
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Si es necesaria una deuda adicional, tendremos que asumirla, lo peor que podemos hacer es quedarnos cortos con el plan de recuperación, insistió López.
El titular de Hacienda refirió además que el sector público es el que debe ir al frente de esta reactivación y generar las condiciones como históricamente se ha visto, lo que demandará evidentemente un mayor esfuerzo fiscal.
A diferencia de la Ley de Emergencia que contempló el endeudamiento para gastos corrientes, según López, el plan de reactivación está focalizado a la actividad productiva que tendrá retorno económico como el fortalecimiento de la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) y Banco Nacional de Fomento (BNF) para capital que les permita financiar planes productivos de largo plazo a tasas bajas. También una fuerte inversión en obras públicas y viviendas sociales que se espera tenga un importante efecto dinamizador en la economía a partir del segundo semestre. Con la última emisión de deuda de US$ 1.000 millones, el endeudamiento publico superó los US$ 10.500 millones, alcanzando el 26% del PIB y no se descarta que llegue al 30% para fin de año.
Hacienda se contradice sobre deuda
Desde la cartera de Hacienda habían dejado entrever hace dos semanas, que podría haber más endeudamiento, aunque después salieron a decir que ello no sucedería, sino que se usarían recursos disponibles de créditos aprobados antes de la pandemia. Ayer, de nuevo el ministro Benigno López afirmó que el Gobierno no se cierra a la posibilidad de tomar más compromiso para enfrentar la situación socioeconómica golpeada por el covid-19, aunque en este caso no sería para gastos corrientes.