Conatel “se dedica” ahora al negocio inmobiliario

En el año 2007, en una silenciosa y rápida licitación pública, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) adquirió doce pisos del edificio Ayfra (1, 2, 3, 4, 5, 6, 11, 13, 14, 15, 16 y 17), del Grupo Fiat Argentina, por la suma de G. 19.000 millones. En ese entonces, era presidente del ente el arquitecto Carmelo Ruggilo y su argumento era “dejar de tirar plata” en alquileres de locales.

Luego de 12 años, la actual administración de Andrés Gubetich tiene planeado pagar arrendamiento por el piso 10 del mismo edificio, para lo cual el directorio aprobó en la sesión del 24 de mayo último unos G. 420 millones.

Consultamos con Gubetich sobre el proyecto y nos derivó con Víctor Hugo Cardozo, responsable de la Unidad de Contrataciones de la entidad reguladora, quien nos explicó que decidieron convocar a licitación para el alquiler del décimo piso, porque requieren de otro espacio “para ubicar a los funcionarios”.

Uno de los aspectos llamativos del plan de arrendamiento es que la Conatel tiene alquilado su piso 13 al Ministerio de la Mujer. También cedió espacios a otras entidades como la Cancillería. Estos arrendamientos le significan al ente regulador ingresos anuales por valor de unos G. 153 millones, de acuerdo a los presupuestos del año pasado y del actual, que obran en página web del Ministerio de Hacienda. En contrapartida, para este 2019, su presupuesto de gasto de pago por alquiler es G. 780.000.000. Respecto al alquiler del piso 13 al Ministerio de la Mujer, Cardozo señaló que “cuando se compró el edificio, hace más de diez años, la citada institución pública ya se encontraba ocupando uno de los pisos, por lo que continuaron cediéndole el espacio mediante convenios firmados entre las autoridades”.

Lo concreto del asunto es que Conatel percibe de forma anual G. 153 millones en concepto de alquiler de sus inmuebles, pero en contrapartida pretende gastar este año el triple de ese dinero para alquilar otro piso. Todo un “negocio”.

Cuando compraron sus propios pisos, el argumento era que la institución gastaba millones en el alquiler de varios pisos del edificio San Rafael (Yegros y 25 de Mayo), por lo que correspondía invertir en la compra de los doce pisos del Ayfra.