El país estaría en senda que llevó a Argentina al default

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La sustitución de deudas del Estado con organismos internacionales por colocaciones de bonos en los mercados de capitales puede derivar en grave perjuicio a nuestra economía, según advirtieron economistas y expertos en el marco de un conversatorio. Si el nivel de endeudamiento de Paraguay sigue al ritmo actual y no se lo frena, estaríamos siguiendo la misma senda que llevó a Argentina al default o cese de pagos en el 2001, alertaron.

En momentos del análisis del Presupuesto 2017 por parte del Congreso, cuyo monto supera los US$ 12.000 millones, las Fundaciones Cambio 2000 y Friedrich Ebert, de Argentina, organizaron un conversatorio sobre endeudamiento público. Fue en la noche del martes, en el Hotel Internacional de Asunción.

El economista y ex gerente general del Banco Central de Argentina, Matías Kulfas, habló posteriormente con ABC, ayer, de la preocupación planteada en dicho conversatorio sobre el nivel de deudas de Paraguay. El endeudamiento en sí mismo no es algo malo, explicó, la cuestión es con qué instrumentos y objetivos.

“Vemos que se está sustituyendo deuda con organismos internacionales por colocaciones de bonos en los mercados de capitales internacionales. Los organismos prestan a largo plazo, con tasas muy convenientes y atado a proyectos de desarrollo. Las colocaciones de mercado son más riesgosas e introducen mayor volatilidad y vulnerabilidad en economías pequeñas”, indicó.

Al principio, esos procesos no parecen ser preocupantes, pero con el tiempo pueden desencadenar en un efecto “bola de nieve”, según lo planteado, pues hay que endeudarse cada vez más y a tasas más altas y la situación se deteriora a pasos cada vez más veloces. “Un proceso de este tipo desembocó en Argentina en el default de fines de 2001, que trajo consecuencias muy graves para la economía y sobre todo para los sectores más vulnerables. No digo que esta sea la situación actual de Paraguay, pero sí que hay algunos datos que deberían invitar a actuar con prudencia y repensar las bases que sustentan el actual proceso económico”, acotó.

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El experto insistió en que se debe analizar para qué se endeuda el país. Si se tiene un buen modelo de desarrollo y se necesita atravesar un desequilibrio transitorio, no está mal endeudarse para no frenar el crecimiento; por ejemplo, si los fondos se destinan a proyectos industriales que amplían la capacidad productiva, generan empleo, incluyen a pequeños y medianos productores, amplían el mercado interno y generan exportaciones. Pero si el endeudamiento es para gastos corrientes permanente y encima la economía no crece, salvo en algunos nichos particulares donde se genera poco empleo y pocos eslabonamientos productivos, el endeudamiento se puede transformar en un delicado problema.

También estuvieron la economista e investigadora Verónica Serafini, de la Fundación 2000; Dorte Wollrad, directora de la Fundación Friedrich Ebert; y el senador Carlos Filizzola, miembro de la Fundación 2000.