Sellos privados redujeron precio de carburantes mucho antes que decreto

Los emblemas implementaron una política de reducción de precios desde julio de 2014, específicamente en el caso de Petrobras, lo que implica medio año antes de la promulgación del Decreto inconstitucional 2999/2015, del cual se toma este gobierno para decir que con ello defiende el “bolsillo de la gente”. Sin embargo, la cuestionada medida en realidad solo busca salvar la ineficiente y prebendaria Petropar, a costa de las inversiones privadas.

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Las caídas que aplicaron los entes privados en los últimos meses fueron posibles, entre otros factores, a la dinámica propia del mercado por la dura puja existente, en donde compiten 17 emblemas. Esto ha sido cortado por los decretos de monopolio parcial (Nº 2999/15 y Nº 3324/15), que concedió el Gobierno a favor de Petropar.

De acuerdo con el histórico del comportamiento de los precios que se han difundido, se tiene que la baja de ciertos carburantes ya se venía registrando desde mediados de 2014 como fue el caso de Petrobras con algunos productos, mientras que los demás fueron sumándose luego, en la dura puja de las rebajas, lo que evidencia la alta competitividad en este sector. Este solo indicador demuestra que funciona el libre mercado, y que al final, favorece al público.

Según los archivos, el 3 de julio de 2014, tanto Petrobras como Esso aplicaron la primera rebaja en sus combustibles. Después, la compañía brasileña volvió a realizar una reducción el 14 de agosto, en su diésel podium. Varios sellos más anunciaron el 5 de diciembre disminuir sus precios, como el caso de Puma, Copetrol, Petrobras y Barcos & Rodados (B&R), siguiendo con otra rebaja el 22 de diciembre. En esta última fecha, los sellos citados bajaron y recién ahí se sumó el ente estatal Petropar. Los datos cronológicos dan cuenta de que el 6 de enero de este año, nuevamente aminoraron Petrobras y Petropar, mientras que el día 24 de ese mismo mes se anunciaban más bajas por parte de Petrobras, Copetrol, B&R y Puma.

El cambiante movimiento en este sector altamente competitivo sucedió el 14 de febrero, cuando se divulgaron más bajas al público, por parte de Petrobras, Copetrol, B&R y Puma, obligando a la propia Petropar a reducir aún más su “nafta económica”, por debajo del precio que ordenaba su polémico Decreto 2999, que concede un monopolio parcial a favor de Petropar, con el 50% de las importaciones y venta de los combustibles más importantes del mercado (nafta y gasoil común).

Otra reducción se anunció el 7 de marzo y por las mismas compañías: Copetrol, Petrobras, B&R y Puma. De vuelta en esta ocasión bajaron la “económica” por debajo del precio de Petropar. Es decir, fue el movimiento del sector privado, que en febrero y marzo obligó al ente estatal a desplomar su tarifa de la nafta fijada artificialmente por su decreto y en contra del público. Cabe preguntarse por qué Petropar solo bajó el diésel común en dos ocasiones (6 enero y 3 febrero) y los motivos por los cuales no redujo aún más el diésel común en los tres últimos meses, mientras que los privados venden este gasoil, pero del tipo II (de mejor calidad) al mismo precio del común.

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