El miércoles, los diputados dejaron sin quorum la sesión en la que debía tratarse el proyecto de ley que castiga a las empresas de transporte de pasajeros que violan la ley; el jueves, los senadores postergaron el estudio de la iniciativa que cancela los aberrantes aumentos salariales en favor de ciertos funcionarios de su “honorable” Cámara, dispuestos por su presidente Óscar “Cachito” Salomón (ANR, abdista). En ambos casos, la mayoría de los legisladores protegió de hecho el interés particular antes que el general, sin ocuparse de si los chantajistas pueden poner en riesgo la vida de los pasajeros ni de si sus “servidores públicos” merecen embolsarse aún más dinero en tiempos de pandemia. Todo indica que un gran número de integrantes de ambas Cámaras están cortados por la misma tijera.
En la de Diputados, simplemente se abandonó la sesión sin dar explicaciones, en tanto que en la de Senadores se recurrió al pretexto de que se necesitaba un dictamen de la Comisión de Hacienda, presidida por Esperanza Martínez (FG), olvidándose que, si hubiera realmente interés en subsanar el daño causado a las arcas públicas, la propia Cámara puede constituirse en comisión. Pero la tentación de quedar bien con la clientela fue más fuerte que el deber de aplicar el recto criterio en las cuestiones de interés general. En efecto, los 8.000 a 10.000 millones de guaraníes que se ahorrarían en el muy improbable caso de que el proyecto de ley fuera finalmente aprobado, serían transferidos al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, para la compra de insumos, tal como lo dispone la iniciativa suscrita por senadores de diversas bancadas. Pero nada de esto conmovió a la mayoría de los legisladores, que continúa dando las espaldas a sus representados.
El pleno postergó el estudio por tiempo indefinido, pues también rechazó la moción de que se lo haga en la primera sesión posterior a la Semana Santa. Si por un azar del destino, obtuviera la media sanción del Senado, deberá pasar a la Cámara de Diputados, conocida ya como la “de la vergüenza”, de modo que los bendecidos por la generosidad salomónica -con dinero ajeno- pueden quedarse muy tranquilos, gozando de sus mayores ingresos mientras la población se enfrenta a una catástrofe sanitaria. La senadora Martínez pidió la “comprensión” de la gente y la de los medios de prensa, porque solo se querría sancionar un proyecto de ley sin fisuras legales. Y bien, la única fisura que se advierte en este hediondo asunto afecta a la moral pública, quebrantada por el despilfarro en pro de la clientela y en contra del país entero.
Es inadmisible que se ofenda de tal modo a quienes han perdido o van perder la salud o sus fuentes de ingreso en medio de una crisis de tanta envergadura, mientras unos pocos privilegiados aumentan su patrimonio mediante fondos aportados por unos contribuyentes que están pasando las de Caín. Supone mucha desvergüenza eso de dilatar sine die el tratamiento de una iniciativa que apunta a poner fin a un despropósito mayúsculo, que hiere la sensibilidad de quien tenga alguna idea de lo que está pasando en los hospitales. Las remuneraciones de esos funcionarios del Senado, tan bien atendidos, superarán con creces las de los médicos y las enfermeras que están arriesgando sus vidas a diario, como tendrían que saberlo los propios senadores, sin necesidad de pedir informes al Ministerio de Hacienda, como se ha planteado. Quien tuviera una pizca de humanidad no vacilaría en dejar sin efecto una medida tan repudiable como la de engordar aún más a la clientela a costa de todos, y no daría largas a su revocación, para que termine en agua de borrajas.
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Tanto la reciente actitud de una mayoría de diputados sobre las reguladas de los transportistas, como la actual de mantener escandalosos aumentos hechos a dedo por el titular del Senado, “Cachito” Salomón, elevan aún más la ya caldeada indignación, por lo que los ciudadanos y las ciudadanas no deben perder la ocasión de expresarles su repudio allí donde los encuentren, por medio de escraches desarrollados en el marco de la ley. Es hora de que estos desfachatados legisladores ya no se sigan burlando con tanto descaro de sus representados.