Representante de la OPS debe esclarecer su exabrupto

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Al conocerse la inquietante noticia de que el mecanismo Covax una vez más incumplió sus promesas con el país en materia de vacunas anticovid, y ante las protestas y la decepción que, con toda razón, ello despertó en la opinión pública, el representante en Paraguay de la OPS y la OMS, Dr. Luis Roberto Escoto, sugerentemente expresó en Twitter que “la propagación de información errónea, amplificada en redes sociales y otras plataformas digitales, está demostrando ser una amenaza para la salud mundial tanto como el propio virus”, tras lo cual se llamó a silencio. El Dr. Escoto tiene que aclarar a qué se refiere, porque, le recordamos, fueron las más altas autoridades del Ministerio de Salud Pública las que informaron que tenían “aseguradas” 4.300.000 vacunas anticovid con el mecanismo Covax a través del fondo rotatorio de la OPS, al cual se le transfirieron 6.800.000 dólares como anticipo de garantía. La información relacionada con las vacunas proviene de fuentes oficiales. Si el Dr. Escoto sabe algo que los paraguayos no sabemos, debe decirlo sin ambigüedades para deslindar responsabilidades y evitar cualquier tipo de interpretación “errónea”. Si no lo hace, tenemos derecho a considerarlo un burócrata charlatán.

Al conocerse la inquietante noticia de que el mecanismo Covax una vez más incumplió sus promesas con el país en materia de vacunas anticovid, y ante las protestas y la decepción que, con toda razón, ello despertó en la opinión pública, el representante en Paraguay de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, doctor Luis Roberto Escoto, sugerentemente expresó en Twitter que “la propagación de información errónea, amplificada en redes sociales y otras plataformas digitales, está demostrando ser una amenaza para la salud mundial tanto como el propio virus”, tras lo cual se llamó a silencio.

El doctor Escoto tiene que aclarar a qué se refiere, porque, le recordamos, fueron las más altas autoridades del Ministerio de Salud Pública las que informaron en su momento que tenían “aseguradas” 4.300.000 vacunas anticovid con el mecanismo Covax a través del fondo rotatorio de la OPS, al cual se le transfirieron 6.800.000 dólares como anticipo de garantía. Al principio se dijo que llegarían las primeras 380.000 dosis en febrero, pero lo cierto y lo concreto es que, después de sucesivas postergaciones y excusas, hasta ahora apenas arribó un lote de 36.000 dosis, que representan el 0,8% del total supuestamente comprometido. El jueves pasado debía llegar una segunda ínfima partida de 65.000, pero ello no ocurrió por presuntos “problemas logísticos” que no han sido explicados.

El 18 de febrero, el entonces ministro Julio Mazzoleni informó públicamente en conferencia de prensa que la semana posterior a esa el mecanismo Covax enviaría al Paraguay una “comunicación formal” con un “cronograma pormenorizado” de entregas, con lo cual se daría inicio oficial a la campaña de vacunación 2021.

Todavía el martes 23 de febrero hacia el final de la jornada, el viceministro y actual ministro Julio Borba aseguraba a periodistas de ABC que estaban aguardando dicha comunicación esa misma noche, pero que todo estaba en orden y no había nada por lo que alarmarse. Finalmente la nota llegó el viernes 26 y, evidentemente, no fue lo que las autoridades sanitarias esperaban, por lo que el texto nunca fue dado a conocer. De nuevo en conferencia de prensa, intentando disimular el fiasco, Mazzoleni comunicó que Covax había confirmado un “adelanto” de 36.000 dosis en marzo, de un total de 304.800 hasta fines de mayo, obviamente muy por debajo de las expectativas.

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Pronto quedó claro que el Gobierno no tenía un adecuado plan B, lo cual, sumado a la injustificable falta de insumos a pesar de haber contado con todos los recursos y el tiempo necesarios para preparar el sistema de salud, precipitó la renuncia de Julio Mazzoleni y por poco le cuesta el poder a Mario Abdo Benítez en la mitad de su mandato.

Fue la nueva administración del MSP, encabezada por el doctor Borba, la que informó que el mecanismo Covax enviaría una partida de 65.000 dosis el 25 de marzo, más 100.000 dosis en abril y otras 100.000 en mayo, con lo cual se completan las 300.000 de las que había hablado Mazzoleni. Ni esto ni nada de lo anterior fue un invento de la prensa, ni de las redes sociales, ni de “otras plataformas digitales”, como parece insinuar el doctor Escoto.

El “mecanismo Covax” (COVID 19 Vaccines Global Access Facility) es una iniciativa lanzada en abril de 2020 “para asegurar que las personas en todos los rincones del planeta, independientemente de su poderío económico, tengan acceso a vacunas contra el covid-19”. El mecanismo está integrado por dos entidades público-privadas, la Global Alliance for Vaccines and Immunisation (Gavi) y la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI), más Unicef y la Organización Mundial de la Salud, de la que depende la Organización Panamericana de la Salud.

El 16 de marzo de 2021, la OPS divulgó un comunicado de prensa en el que “reafirma su compromiso con Paraguay para la entrega de vacunas a través de Covax” y señala que “no existe ni ha existido impedimento financiero ni de otro tipo que obstruya o retrase” la remisión de las mismas.

Pero la realidad es que las vacunas no llegan y Paraguay se ha visto claramente perjudicado por confiar ingenuamente en Covax y en la OPS, culpa de lo cual está mucho más retrasado en la vacunación que todos los países de la región. Hasta ahora solo ha podido disponer de 4.000 dosis de la Sputnik V, las 36.000 de Oxford/AstraZeneca del sistema multilateral, 20.000 donadas por el Gobierno chileno, 2.000 donadas por los Emiratos Árabes, y estaría llegando una partida de 100.000 de la variedad india Covishield, que debe ser guardada en depósito hasta que se apruebe su uso de emergencia, todo lo cual es absolutamente insuficiente para cumplir la meta oficial de vacunar al menos al 30% de la población este año. Salvo que el doctor Escoto demuestre lo contrario, esta situación es en gran medida atribuible a la negligencia y la inoperancia de la OMS y la OPS, y de su representante en Paraguay.

La información relacionada con las vacunas proviene de fuentes oficiales. Si el doctor Escoto sabe algo que los paraguayos no sabemos, debe decirlo sin ambigüedades para deslindar responsabilidades y evitar cualquier tipo de interpretación “errónea”. Si no lo hace, tenemos derecho a considerarlo un burócrata charlatán.