Obras públicas chapuceras matan a la gente

Suele decirse que los males no vienen solos. A la cotidiana tragedia del covid que viene cobrándose más de un centenar de muertos en cada jornada, se sumó ayer la de tres personas fallecidas y otras tantas heridas a raíz del colapso de un puente sobre el arroyo Lorito, en la ruta del cruce Tacuatí-San Pedro. Lo que ocasiona mayor indignación en la opinión pública es que dicho puente, junto con la pavimentación de la ruta, fueron reinaugurados con bombos y platillos por el MOPC ¡hace apenas un año! Ahora, las propias autoridades de esa Secretaría de Estado confirmaron en conferencia de prensa que ya sabían que el citado puente, construido en el año 2000 en el marco de los “empedrados chinos” tenía fallas estructurales, pero no lo clausuraron. Con la administración de Wiens incluso asfaltaron el paso, sin reparar los daños observados. Mayor irresponsabilidad, imposible. Pero, como siempre, seguramente no va a surgir ningún culpable de la negligencia criminal.

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Suele decirse que los males no vienen solos. A la cotidiana tragedia del covid que se cobra más de un centenar de muertos en cada jornada, se sumó ayer la de tres personas fallecidas y otras tantas heridas a raíz del colapso de un puente sobre el arroyo Lorito, en la ruta del cruce Tacuatí-San Pedro. Lo que ocasiona mayor indignación en la opinión pública es que dicho puente, junto con la pavimentación de la ruta, fueron reinaugurados con bombos y platillos por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) ¡hace apenas un año! Ahora, las propias autoridades de esa Secretaría de Estado confirmaron en conferencia de prensa que ya sabían que el citado puente, construido en el año 2000 en el marco de los “empedrados chinos” tenía fallas estructurales, pero no lo clausuraron. Con la administración de Wiens incluso asfaltaron el paso, sin reparar los daños observados. Mayor irresponsabilidad, imposible. Pero, como siempre, seguramente no va a surgir ningún culpable de la negligencia criminal.

La gran ironía que confronta la ciudadanía en este tiempo de mortal pandemia es que habiendo el Gobierno del presidente Mario Abdo Benítez apostado a las obras públicas como pivote para la recuperación económica del país tras el paso del fatídico azote, como sucediera con el Ministerio de Salud Pública bajo la inoperante gestión del exministro Julio Mazzoleni, el MOPC, bajo la batuta de Arnoldo Wiens, ha devenido un fiasco total, con un tendal de obras viales y de infraestructura urbana plagadas de deficiencias técnicas e irregularidades administrativas rayanas en chanchullos de corrupción flagrante. Uno de los últimos botones de muestra de esta deplorable situación es la “pasarela de oro”, como ha pasado a ser denominada por la opinión pública debido a su alto costo y cuestionada estructura estética. Este andarivel, que une el parque Ñu Guasu con el predio del Comité Olímpico Paraguayo, terminó costando más de 2 millones de dólares, mucho más caro que otros de la misma característica, según expertos en la materia, y fue adjudicado a la firma Engineering, de Juan Andrés Campos Cervera, aupada nada menos que por el cuñado del Presidente de la República, Jorge López Moreira.

Sería largo de enumerar el cúmulo de obras públicas deficientemente construidas por el MOPC bajo la gestión del ministro Arnoldo Wiens, quien se autoexculpa tirando el sayo a los responsables de los proyectos de ingeniería pertinentes, sin explicar por qué el MOPC acepta impulsar emprendimientos de obras defectuosos, cuando que los mismos pasan por instancias de verificación y aprobación de la secretaría de Estado de cuya gestión él es responsable final ante la ciudadanía. Independientemente de los accidentes que ocurren con frecuencia en las rutas, ahora tenemos tres nuevas víctimas fatales a raíz del colapso de un puente y una ruta de reciente habilitación por la citada cartera de Estado.

Vale la pena traer a colación otro ejemplo de la irresponsabilidad del ministro y que le cuesta cientos de millones de dólares al Estado. Poco tiempo después de inaugurada la ruta Villeta-Alberdi, la carpeta asfáltica de rodadura presentó fallas por desestabilización del terraplén de asiento. Como siempre ocurre en casos como estos, el MOPC sencillamente asignó 26 millones de dólares de sobrecosto a la empresa constructora para aumentar la altura del terraplén de asiento de la vía que corre paralela al curso del río Paraguay y que con cada creciente del mismo sus aguas saturaban dicho terraplén de altura insuficiente con que fue construido. Sin asumir mea culpa por haber aprobado el proyecto inicial defectuoso, el ministro Wiens, con total desfachatez, tiró el fardo a la firma consultora como la única responsable del tremendo daño patrimonial al Estado. Y, por supuesto, no se conoce que se hayan aplicado sanciones a los responsables de la chambonada, por llamársela de alguna manera.

Pero la marea de la presunta corrupción que permea el MOPC no se limita a las obras viales que constituyen el grueso de la inversión en las obras públicas. Con relación al llamado a licitación para la construcción del megahospital de Coronel Oviedo, la opinión pública se hizo eco de acusaciones formuladas por las firmas constructoras oferentes en el sentido de que la cartera de Estado estaba empeñada en direccionar la correspondiente licitación. Primero los amigos, como es habitual en la “patria contratista”.

Otra perla más de la turbia gestión del ministro Wiens que saltó al conocimiento público fue el lapidario informe de la Unidad Técnica del Fondo para la Convergencia del Mercosur (Focem), que criticó duramente la actuación del MOPC con relación a la licitación para obras viales del proyecto de mejoras de la conexión vial en el departamento de San Pedro, entre ellas la del cruce Tacuatí, cuyo puente precisamente colapsó en la madrugada de este jueves, con trágicas consecuencias. Y, ¿todo esto quedará, una vez más, en la nada?

Finalmente, está la polémica construcción del puente Asunción-Chaco’i, proyectado y construido por segmentos estructurales aleatorios, sin que hasta ahora la ciudadanía sepa cuánto va a terminar costando, dado que ni siquiera el proyecto de la estructura metálica colgante de cruce del río es de conocimiento público, menos aún su costo final.

Tampoco puede olvidarse que con el encubrimiento de los principales responsables de la megaestafa del fallido Metrobús, el ministro Wiens se ha ganado la desconfianza de la ciudadanía en cuanto a su integridad moral para administrar los recursos extraordinarios que el Presidente de la República ha asignado a su administración como piedra de toque de la reactivación económica del país tras el paso del mortífero vendaval de la pandemia. Así como van las cosas, es probable que, como lo asignado al exministro Mazzoleni, la cartera a cargo de Wiens termine endeudando al país hasta la coronilla con obras públicas chapuceras. Y también con costo de vidas.

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