Desvíos al estilo Nenecho, también en Gobierno central

A estas alturas es innegable que el intendente de Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez, ha utilizado en salarios y gastos corrientes (y quién sabe en qué más) un alto porcentaje de una partida de 500.000 millones de guaraníes provenientes de colocación de bonos de la Municipalidad de la Capital que debían ser destinados exclusivamente a obras. Se trata de un escándalo mayúsculo de probable malversación que debe ser esclarecido y castigado en la Justicia. Pero si la gente justificadamente se pregunta “qué pasó con los 500.000 millones” de Nenecho (63 millones de dólares), también se debe preguntar qué pasó con los 9.300 millones de dólares que captó el Gobierno central con colocaciones de bonos del Tesoro desde 2013. Las similitudes son asombrosas.

Paraguay reingresó al mercado internacional de capitales e inauguró un nuevo modelo de endeudamiento con la Ley 4848 de 2013, todavía durante el breve gobierno de Federico Franco, con una primera colocación de 500 millones de dólares en la bolsa de Nueva York calificada como muy exitosa, con una conveniente tasa de interés del 4,6% anual, inusitada para la región, a diez años de plazo. Pujaron 197 oferentes atraídos por las buenas condiciones macroeconómicas de este país desconocido, pero que exhibía un sólido crecimiento por el auge de los commodities agrícolas y una deuda pública de apenas 10% del PIB, la menor del hemisferio.

Poco más de una década después, el saldo de la deuda estatal pasó de alrededor de 3.000 millones a más de 18.000 millones de dólares, y del 10% al 40,7% del PIB, por encima de la barrera considerada prudencial por los organismos internacionales para nuestro país.

Desde aquella primera emisión de 2013, se realizaron quince rondas de colocaciones de bonos soberanos en el mercado externo por un total de 7.400 millones de dólares, a lo que deben sumarse bonos internos en guaraníes por el equivalente a 1.900 millones de dólares más, y en este preciso momento el ministro de Economía y el presidente del Banco Central, Carlos Fernández Valdovinos y Carlos Carvallo, respectivamente, se encuentran en Estados Unidos preparando la colocación número 16, por 1.000 millones de dólares adicionales, todo en el corto lapso de doce años.

Si el dinero de las deudas contraídas hubiese sido utilizado en obras, como debieron usarse los 500.000 millones de guaraníes de la Municipalidad de Asunción, las escuelas y hospitales no se tendrían que estar cayendo a pedazos y la infraestructura nacional, que se ubica entre las peores de América Latina según el Índice Global de Competitividad, habría sido muy superior en cuanto a disponibilidad y calidad. Es cierto, por ejemplo, que en la última década la red vial pavimentada del país creció en unos 5.000 kilómetros (a unos 12.000 kilómetros en total en 2024), lo cual es considerable, pero no si se lo compara con los 15.000 millones de dólares de saldo de endeudamiento adicional en el mismo período. Y nótese que eso es solo considerando el saldo, es decir, ya descontados todos los pagos de amortización e intereses.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

¿Por qué ocurre esto? Por la misma razón que con Nenecho en la Municipalidad de Asunción. Más allá de las maniobras contables y del maquillaje que le pongan o intenten ponerle, la mayor parte de los fondos provenientes del endeudamiento público termina en la financiación del exceso de gasto corriente improductivo, en pago de salarios de la supernumeraria burocracia estatal, en la creciente bola de nieve de gastos fijos y en cubrir los agujeros del inflado presupuesto.

Con los bonos del Tesoro esta situación se agrava muchísimo, porque, a diferencia de los créditos de organismos multilaterales, que tienen asignación específica, los bonos son de libre disponibilidad. Lo que acontece en la práctica es que se toman préstamos vía bonos supuestamente para obras, pero después se recorta la ejecución, se atrasa el pago a contratistas y proveedores, generando, a su vez, nuevas deudas, y se usa el dinero en otra cosa. Igualito que Nenecho.

El intendente colorado-cartista le va a dejar un feroz “mono” a la Municipalidad de Asunción. Los tres últimos gobiernos, también colorados, encabezados por Horacio Cartes, Mario Abdo Benítez y Santiago Peña, han hecho lo propio con el país, sextuplicando la deuda pública en el curso de dos mandatos y lo que va del presente período. También ellos deben explicar dónde está la plata.