Municipalidad de Asunción, de mal en peor

Debido a la aguda crisis financiera de la Municipalidad de Asunción, como resultado de la corrupción y el prebendarismo rampantes, los ediles sesionaron en forma extraordinaria para recibir el pedido del intendente Luis Bello (ANR, cartista) para que le permitan contratar con cuatro entidades financieras un préstamo de 184.000 millones de guaraníes (28 millones de dólares), a sesenta días de plazo, ofreciendo tributos municipales como garantía de pago. El dinero será destinado, entre otras cosas, al pago de aguinaldos y deudas dejadas por el desastroso Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR, cartista); es decir, la recaudación comprometida servirá para tapar agujeros y cumplir con el personal, dejando de lado los múltiples requerimientos urbanos. La Intendencia promete aumentar los ingresos, publicando una lista de morosos y digitalizando el catastro. En todo caso, recaudar más solo para abonar aguinaldos y deudas no habrá de mejorar la calidad de vida de los vecinos.

Debido a la aguda crisis financiera de la Municipalidad de Asunción, como resultado de la corrupción y el prebendarismo rampantes, los ediles sesionaron en forma extraordinaria para recibir el pedido del intendente Luis Bello (ANR, cartista) para que le permitan contratar con cuatro entidades financieras un préstamo de 184.000 millones de guaraníes (28 millones de dólares), a sesenta días de plazo, ofreciendo tributos municipales como garantía de pago. El dinero será destinado, entre otras cosas, al pago de aguinaldos y deudas dejadas por el desastroso Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR, cartista); es decir, la recaudación comprometida servirá para tapar agujeros y cumplir con el personal, dejando de lado los múltiples requerimientos urbanos. La Intendencia promete aumentar los ingresos, publicando una lista de morosos y digitalizando el catastro. ¿Habrá que creerle, atendiendo los nefastos antecedentes? En todo caso, recaudar más solo para abonar aguinaldos y deudas no habrá de mejorar la calidad de vida de los vecinos.

La necesidad del crédito respondería a un déficit temporal de caja. Ahora bien, el art. 196 de la Ley Orgánica Municipal (LOM) prohíbe que el plazo de pago de este tipo de financiamiento supere el Presupuesto del ejercicio respectivo, que en este caso vence el próximo 31 de diciembre, pese a lo cual los mayoritarios ediles oficialistas consentirían hoy la pretensión del intendente. Más aún, el art. 197 impide realizar operaciones de crédito público para financiar gastos corrientes entre los cuales figura el pago de aguinaldos. Tan urgido está quien como concejal apoyó todos los abusos de su antecesor, que no le importa incurrir en una ilegalidad más para continuar “bicicleteando”, como se viene haciendo desde hace largos años.

En realidad, el déficit de caja no es temporal sino permanente, debido en gran medida al exceso de personal. En julio de este año, el exinterventor Carlos Pereira dijo que había 9.119 asalariados municipales, de los cuales tres mil serían prescindibles: “al mes siguiente, yo ya tendría recursos que me permitan reestructurar financieramente el pasivo, como para ir ordenando la administración”, expresó. Reveló también que esos funcionarios, contratados y jornaleros consumen el 75% de los ingresos, pese a que, cabe agregar, el art. 179 de la LOM prohíbe gastar en servicios personales más del 60% de los ingresos corrientes ejecutados. Es decir, se violan flagrantemente las disposiciones legales, sin consecuencias para los responsables. Esta falta de sanción es la que estimula que los funcionarios sigan cometiendo las mismas faltas año a año, mientras la Municipalidad languidece de inanición.

Esta es una cuestión crucial, que el intendente y los ediles a ser electos el 4 de octubre de 2026 deberán resolver para rescatar de la insolvencia a la Municipalidad asuncena. Ello supondrá que tengan el valor requerido para vencer las previsibles resistencias del personal superfluo que, al sentirse amenazado, apelará a sus padrinos para seguir cobrando cada mes a cambio de nada, siempre a costa de las inversiones en obras y servicios.

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El precandidato cartista a intendente, Camilo Pérez, no parece tener ese coraje o ni siquiera el deseo de limpiar la casa: adelantó que “el que trabaja se queda; el que no, será puesto en otra función”. Quien no trabaja debe ser destituido y si está ocioso porque su cargo es innecesario, no hay por qué inventarle otro. Habrá que ver si otros aspirantes a cargar con el muerto están dispuestos a sanearlo cualitativa y cuantitativamente, o sea, a reducir su tamaño y a mejorar el plantel. La Municipalidad está en bancarrota, lo que no resulta asombroso, pues quienes hoy la dirigen son los mismos que se confabularon con Nenecho para que a los asuncenos les vaya mal. Para colmo, parecen tener la conciencia tranquila y no hallar motivos que los induzcan a cambiar de rumbo, tanto que muchos de ellos buscarían su reelección.

Dependerá de los ciudadanos que el intendente y los munícipes que elijan sean mucho mejores que los actuales, o sea, que estén dispuestos a podar el frondoso árbol del prebendarismo y la corrupción. Hay que impedir con el voto que quienes han enlodado la Municipalidad sigan haciendo de las suyas, sin perjuicio de que también la Justicia les dé su merecido. Por respeto a sí mismos, los asuncenos no deben seguir soportando tanta inmundicia acumulada en el Palacete Municipal. Es un deber cívico evitar que se repita la triste historia de Nenecho y sus amigos, que allí siguen, de lo más orondos, como si su desempeño fuera impecable. El desastre financiero deriva de priorizar el interés personal de los “políticos” comunales y de sus allegados, relegando el de la población. Es hora de que esto cambie.