En su homilía, el obispo instó a los presentes a trabajar en el seno familiar para criar buenos jóvenes y cristianos. Indicó que actualmente “no vemos frutos buenos”, refiriéndose a la conducta de parte de la juventud actual. Ejemplificó con los “bautismos” que cada año se suceden en la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Estos actos son ejemplos de denigración y humillación de los jóvenes que buscan paso a la profesionalidad, señaló.
Valenzuela afirmó que hay muchos jóvenes deprimidos, corrompidos y sin esperanzas. Estos problemas deben ser atendidos, expresó.
Señaló que lo primero que se debe hacer es atender si algo está fallando en el seno familiar. Es la familia la que debe fortalecer vínculos, cuidar y dar atención a los hijos y hermanos, si la familia está bien se debe mirar alrededor y hasta en la propia universidad, añadió.
Añadió que el aumento de motochorros, de la inseguridad y del comportamiento violento de personas cada vez más jóvenes nos deben llamar la atención porque en algo estamos fallando como ciudadanos y padres.
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