Los oleros realizaron ayer una manifestación frente a la Gobernación de Itapúa para reclamar más atención. “Llevamos diez días prácticamente sin trabajar y estamos a punto de pasar hambre”, manifestó Víctor Coronel, uno de los voceros.
Expresó que a la falta de arcilla, que es un problema de larga data, ahora se suma la escasez de agua porque el sistema de provisión no da abasto a raíz del nulo mantenimiento. Comentó que la semana pasada la Comuna encarnacena declaró estado de emergencia distrital por el mismo problema, pero que necesitan que todas las autoridades los acompañen en el pedido.
Añadió que la idea es conformar una mesa de trabajo con intervención de los distintos sectores de la sociedad, como técnicos, funcionarios, universitarios y periodistas para elaborar un plan que traiga solución a un problema que lleva años y que afecta a unas 100 familias.
