Ranchitos para el tradicional pesebre hechos en Areguá

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Los ranchitos para el pesebre en diversas presentaciones son expuestos a metros  del monumento de Las Residentas.
Los ranchitos para el pesebre en diversas presentaciones son expuestos a metros del monumento de Las Residentas.

Artesanos que fabrican piezas para el tradicional pesebre y pequeños quinchos que imitan el establo donde nació el Niño Dios en Belén reportan escasa venta. Aseguran que este año “se hizo sentir” la crisis económica en comparación a otras épocas.

LUQUE (Gladys Villalba, corresponsal). Vendedoras de casitas, carretas y pequeños quinchos rústicos hechos de palet, madera terciada, ysypo (liana) y paja exponen sus productos en la doble avenida Corrales y Humaitá del centro de Luque y en la rotonda ubicada sobre la calle General Aquino, frente al acceso principal del parque Ñu Guasu y a metros del monumento de Las Residentas. Bajo el intenso sol y también en los días lluviosos están instaladas en los sitios.

Las minicarretas venden desde 80.000 hasta 180.000 guaraníes. Las casitas a partir de 25.000 hasta 350.000 guaraníes. También tienen juegos de pesebres.

Gregoria Paniagua, de la compañía Caacupemí de Areguá, se instaló frente al parque Ñu Guasu en los primeros días de diciembre. Desde hace más de 20 años su familia se dedica a la fabricación y venta de los ranchitos.

Desde octubre comienzan a moldear lo que será “la casa del Salvador”, dijo.

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Señaló que el trabajo de los artesanos no es valorado por los paraguayos, pero sí por los extranjeros. Dijo que la fabricación de estos artículos, pese a ser artesanales, tiene su costo.

Resaltó además que la actividad genera trabajo para carpinteros, vendedores de pajas, ferreteros, fleteros y otros.

La mujer manifestó que en el negocio familiar invirtieron G. 5 millones para la fabricación de 300 casitas. Esperan obtener una ganancia de 3.000.000 de la venta total, que serán invertidos en compra de útiles y uniformes escolares de sus dos hijos.

“Peleando vendemos de a poco. Pero casi no sale nada. Se siente la crisis económica, eso es lo principal. Otro motivo puede ser que se va perdiendo la tradición, los hijos ya no quieren poner el pesebre”, dijo.

“Algunos tienen injustamente doble aguinaldo, mientras nosotros peleamos para vender casitas y pesebres. Nosotros también queremos aguinaldo. Ahorramos en el año para invertir y casi ni recuperamos la inversión”, expresó.

El sacrificio es tanto que mientras las mujeres venden de día, en las noches sus maridos fungen de “serenos” en los puestos de venta para cuidar la artesanía.

Gregoria explicó que además de comprar materia prima, tienen que pagar flete que les cuesta G. 200.000 cada viaje. Realizan seis viajes, desde el inicio hasta final de la feria, comentó.

A partir de enero hasta octubre, junto a su marido Silvio Rodríguez, se dedica a fabricar y vender planteras.

Aseguró que mediante este trabajo y con mucho sacrificio pueden pagar la educación académica de sus tres hijos.

Por otro lado, en la doble avenida exponen Daniela Arce y su nuera Noelia Fleitas, también de Areguá. Están en el lugar desde la primera semana de este mes.

“No se vende casi nada”, dijo Daniela. Al igual que Gregoria indico que este año fue el peor de todos en cuanto a venta de los productos.