SAN BERNARDINO, Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Los trabajos para la colocación de la barrera flotante en el río Salado, en la desembocadura del lago Ypacaraí, culminaron el fin de semana último. La tareas fueron impulsadas por la Comisión Nacional de Gestión y Manejo del Lago Ypacaraí y su Cuenca (Conalaypa).
El director de dicha comisión, Renato Maas, indicó que el vallado tiene como fin principal retener los camalotes que son arrastrados por el río Salado. Dijo que tendrá la función de restaurar las condiciones hidrológicas del lago Ypacaraí y su sistema de humedales, recomponiendo la vegetación flotante (camalotes) que contribuye a regular los niveles del espejo de agua al frenar la velocidad del agua con sus hojas y raíces.
Los lugareños habían expresado su rechazo al plan con argumento de que este trabajo se realizaba fuera de tiempo, porque la zona estaba colmatada de vegetales flotantes.
El representante, sin embargo, señaló que se necesita colocar esta barrera justamente para ayudar a que dichas plantas acuáticas, con su crecimiento, se constituyan en efectivas barreras naturales. Expresó que actualmente las vegetaciones son arrancadas por pescadores furtivos que ingresan a la zona y colocan redes y mallones, en contravención de la ley que prohíbe dichas actividades.
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En el sitio se colocaron dados de hormigón que sostienen los cabos de acero que cruzan el río. Están cubiertos con tubos herméticos, con el objetivo de que puedan flotar y se constituyan en barreras para los camalotes y plantas acuáticas.
Maas dijo que, de esta manera, buscarán disminuir el nivel del caudal que sale del lago Ypacaraí hacia el río Salado, que sería una de las causas de la histórica bajante que afecta el espejo de agua desde hace varios meses.
Por otra parte, el representante señaló que el otro proyecto a ser implementado a largo plazo, y quizás el más importante, es la construcción de alcantarillado sanitario en los 21 distritos de la cuenca del lago.
Estas obras, que se iniciaron en el año 2014 en Areguá e Itauguá, se encuentran paralizadas por incumplimiento de la empresa adjudicada, Beta Ingeniería, representada por Rodrigo Benítez. Actualmente, la rescisión del contrato con la citada firma se encuentra judicializada.
