Monseñor Collar presidió la misa central en honor del santo protector en la Catedral de esta ciudad, respetando el protocolo sanitario establecido por las autoridades. El obispo resaltó la figura de San Juan Bautista desde su nacimiento; su estilo de vida en el desierto, personalidad, honestidad y su misión profética.
Exhortó a los fieles a asumir con entusiasmo el anuncio de la buena noticia de Jesús en la sociedad que está hambrienta de espiritualidad.
“Con frecuencia los padres de familia callan ante el comportamiento de sus hijos para evitar conflictos, muchas veces los amigos encubren conductas deshonestas y aún ilegales. Lo hacen en nombre de una mala entendida fidelidad a la amistad”, dijo el obispo en un pasaje de su reflexión.
Resaltó la solidaridad de la gente, sobre todo para las ollas populares, así como las iniciativas del Estado como el Ñepytyvõ. “Pero debemos dialogar, pensar en el futuro inmediato, próximo y remoto; crear iniciativas comunitarias de auto-abastecimiento entre los voluntarios, entre los jóvenes, amas de casa y en el ámbito rural y urbano”, expresó.
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