Checomacoco, una “raza” solidaria

En Praga, Rca. Checa, miembros de la Fundación Checomacoco están felices porque los “agrónomos” chamacocos de Pto. Esperanza, Chaco, a quienes ellos ayudaron a estudiar, lograron su primera cosecha. Pero ese es apenas un capítulo de un inédito lazo de sangre.

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La Fundación Checomacoco es pequeña y tiene su sede en Praga, capital de la República Checa. Fue fundada hacia el 2005, después de que Pavel Fric y su esposa Yvona Fricová recibieran meses antes una carta con pedidos de apoyo desde una lejana comunidad indígena de Pto. Esperanza, Alto Paraguay, que habían visitado en el 2002 para conocer a su ya anciana tía Herminia Fric y a su primo chamacoco Rodolfo Ferreira Fric, descendientes como ellos del explorador checo Alberto Vojtech Fric (1882-1944), quien estuvo por Paraguay a principio del siglo XX.

Herminia, ahora ya fallecida, era hija de Fric y de la chamacoca Lora-y, pero esa historia es larga y merecería otro capítulo. Lo cierto es que décadas después, los Fric de Praga buscaron a sus “medio hermanos” chamacocos, los encontraron y los convencieron a asumir su sangre “bi-étnica” y aceptar la ayuda que ellos pudieran conseguir a través de gestiones personales con sus amigos y su gobierno.

Los aportes no son multimillonarios, pero han tenido la suerte de ser muy efectivos por la respuesta de los nativos y por su impacto, principalmente en los jóvenes. Actualmente, varios de ellos o están estudiando o ya han terminado carreras agronómicas en la Escuela Agrícola de Belén, Concepción, y hay incluso una joven en la Facultad de Veterinaria y otro que ha partido a Cuba para estudiar Medicina.

A nivel socioeconómico, los chamacocos de Puerto Esperanza solicitaron y se comprometieron a llevar adelante un proyecto pecuario, para el que sus parientes europeos consiguieron que el ministerio checo de Relaciones Exteriores financiara la compra de 140 vacunos, que hoy ya están en producción. Los informes indican que este insólito acercamiento europeo-chaqueño de los Fric, de a poco y silenciosamente, está revolucionando la vida de una comunidad situada en un sitio casi inhóspito, a unos 800 km aguas arriba de Asunción, sobre el río Paraguay.

Los datos fueron aportados gracias a una serie de correos electrónicos intercambiados con Ivonna Fricová, de la Fundación Checomacoco, con quien contactamos gracias a la ayuda de la compatriota Dalva Servín, quien estudia y trabaja en Praga en especialidades metalúrgicas y ferroviarias.

Esta historia tiene varias aristas, que incluyen también algunas dificultades, las que iremos contando en estos días.

Próxima entrega: Un chamacoco presenta libro en Praga.

jobenitez@abc.com.py

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