Silvícolas ya quieren visitar los asentamientos ayoreos

FILADELFIA, Chaco. (Marvin Duerksen, corresponsal). El grupo de los 17 totobiegosode silvícolas de Chaidi ya está deseoso de ir y ver a las comunidades de ayoreos, conocer la vida fuera del monte y hablar con sus parientes, según informó Tito Aduguede, ex líder de la comunidad ayorea Ebetogue, quien habló con los silvícolas por radio HF.

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Hasta la fecha no se ha producido un mayor contacto entre el grupo de 17 silvícolas totobiegosode y los demás ayoreos que ya se encuentran asentados en comunidades como Jesudi, Ebetogue, Campo Loro, Tunucujai y Arocojnadi. El contacto ha sido solo con los ayoreos Chicoi y Porai, los dos grupos, de Campo Loro, quienes estuvieron en el primer encuentro en la picada. Igualmente estuvieron presentes en la ocasión tractoristas y los funcionarios del Grupo de Apoyo a los Totobiegosode (GAT) Amadeo Benz y Verena Regehr (ella inclusive pernoctó con los silvícolas una noche en el monte) y algunos médicos.
En este momento existen nuevamente rumores sobre el real estado de salud, ya que los médicos del Max Boettner hace rato abandonaron Chaidi y los silvícolas pasaron, supuestamente, a cargo de la XVII Región Sanitaria.
Hace dos semanas se instaló una radio VHF y con asesoramiento los ayoreos de Chaidi pueden comunicarse con las comunidades. De esta manera, Tito Aduguede, ex líder de Ebetogue, habló con Esoi Chiquenoi (40), quien es el líder de los silvícolas e hijo de Iriagai, pariente de Ducubaide Chiquenoi, uno de los líderes del futuro asiento de Chaidi que el GAT estaba preparando, cuando se produjo el contacto.
Según esta fuente, los silvícolas ya quieren tomar contacto con las comunidades, ver cómo viven ahí y conocer a sus parientes. Gatebie Picanere (40), por ejemplo, es madre de Guireja Etacoro, cuyo padre es Chiri Etacori y vive en Arocojnadi, estuvo a punto de ir ya a pie a las comunidades, distante uno 70 Km. de Chaidi.

Aduguede comentó que el grupo tuvo muchos problemas en los últimos años con la extrema sequía, porque en estas situaciones tampoco el chicoi, la planta cuya raíz bajo tierra siempre conserva gran volumen de líquido, tiene agua. El otro problema eran los topadoras. Ellos nunca sabían a dónde irse, se sentían perseguidos por estas máquinas y por eso se dividieron. Hace tres o cuatro años un grupo quedó en Amotocodie (Boquerón) y el otro fue a Chaidi (Alto Paraguay). Relataron que podrían existir dos familias más en la zona del Cerro León, porque allá el grupo abandonó a dos enfermos, Dobeide Picanerai y Ipamoi Posorajnai, con sus familias, que podrían estar vivos todavía.
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